Los antivacunas hacen sus esfuerzos en el país. Recientemente un farmacéutico fue condenado a tres años de cárcel. Se declaró culpable de deteriorar de forma voluntaria decenas de dosis de vacunas anti-COVID. Vacunarse es un tema político y no epidemiológico en EEUU. Una visión parecida se refleja en un trabajo de National Public Radio.
Joe Biden se colocó como meta tener a 70% de los adultos estadounidenses vacunados para el Día de la Independencia. Según datos de NPR falta menos de un mes para el 4 de julio y parece que va a ser difícil conseguirlo. Al menos así lo revela una encuesta de NPR/PBS NewsHour/Marist.
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Un trabajo del periodista Domenico Montanaro de la citada casa editorial trae luz con sus datos. Coloca como uno de los principales antivacunas al ex-mandatario republicano refugiado en Mar-a-Lago. El magnate neoyorquino se vacunó en secreto antes de salir de la Casa Blanca. Dejó el acto en la oscuridad para no promover institucionalmente la vacunación. Sin embargo si no está encerrado en una contradicción, pareciera que no fuera Donald Trump.
Vacunarse es un tema político
Los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades parecen lejanos vistos desde este miércoles. Desde luego no hay que perder de vista que vacunarse es un tema político. Sin embargo desde el punto de vista epidemiológico, casi el 64% de los adultos estadounidenses se habían vacunado al menos una vez.
El asunto en la nación de libertades es que la demanda por inmunizarse contra una enfermedad potencialmente mortal ha disminuido. Según las autoridades sanitarias el número de dosis que se administran diariamente está en franco descenso. Su mejor momento fue a principios de abril.
Y sobre el tema de la política es donde entra en escena el polémico Trump. Durante el fin de semana, el expresidente se atribuyó el mérito de la implantación de la vacuna. Lo dijo a una multitud de partidarios de Carolina del Norte.
No obstante las estadísticas de NPR contradicen las estrategias del hombre que cerró “el despacho” digital. “Las encuestas muestran que los partidarios de Trump son los menos propensos a decir que se han vacunado o piensan hacerlo. Recordemos que Trump se vacunó antes de dejar la Casa Blanca. No obstante se informó de ello meses después. A diferencia de otros funcionarios públicos que intentaban animar a la gente a vacunarse, Trump lo hizo en privado”. Así escribió Domenico Montanaro de NPR.
Una singular situación
El análisis de datos realizado por NPR muestra cuales son los 22 estados (incluyendo D.C.) con las tasas de vacunación de adultos más altas. Esas entidades están llenas de electores que llevaron a Joe Biden a la Casa Blanca.
En contraposición algunos de los estados menos vacunados son los más pro-Trump. El magnate de NY ganó 17 de los 18 estados con las tasas de vacunación de adultos más bajas. Muchos de estos estados tienen altas proporciones de blancos sin títulos universitarios.
En términos de segmentación estadística los blancos sin educación de tercer nivel son los más fanáticos. Desde luego ese es la parcela donde crecen las teorías conspiracioncitas. Justo allí y desde allí salen los mensajes de los anti-vacunas.
La raza en un determinante
Vacunarse es un tema político si lo vemos desde el punto de vista étnico y racial también. Los años de desconfianza y de opacidad del sector salud con algunas minorías se transforman en negación. Los afroestadounidenses, que votan mayoritariamente a los demócratas, no se están vacunando al ritmo de los blancos. Menos de una cuarta parte de los estadounidenses afro se habían vacunado al menos una vez hasta el martes, según los CDC. Es la cifra más baja de cualquier grupo racial o étnico de la lista.
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Los de color también constituyen un porcentaje significativo de la población en lugares como Alabama, Misisipi, Luisiana, Tennessee, Arkansas, Carolina del Sur y Georgia. Estos son siete de los 10 estados con las tasas de vacunación de adultos más bajas. Sin embargo hay que advertir que la recopilación de datos por raza y etnia ha sido irregular dependiendo del estado.
Los jóvenes, que también se inclinan mayoritariamente por los demócratas, asimismo son menos propensos a vacunarse. Más del 80% de las personas mayores de 65 años se han vacunado al menos una vez. Contrasta con el 45% de los jóvenes de 18 a 24 años. Igual con el 51% de los de 25 a 39 años que lo ha hecho.