Se estima que para el 2050 seremos aproximadamente 9 mil 800 millones de personas en el mundo, según Naciones Unidas. La preocupación mayor de los organismos y gobiernos es el uso de los recursos para alimentar a tantas personas, así que algunos investigadores han estudiado a profundidad las microalgas como una opción para el futuro.
Es cierto que en la actualidad hay un consumo exacerbado de ultraprocesados, pues son productos baratos, pero también es cierto que son perjudiciales para la salud. Entre sus ingredientes encontramos sustancias poco comunes en nuestras cocinas y en los supermercados como aditivos y conservantes; demás, tienen mucha grasa, azúcar y sal, y poca fibra o proteína. Se consideran alimentos poco saludables.
El estudio de las algas se ha profundizado en las últimas décadas, pues estos organismos vegetales pueden adaptarse a los cambios en su entorno. Como no pueden huir se defienden de estos cambios fabricando compuestos químicos.
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Es posible aprovechar esa adaptación a través de la biotecnología. Se puede obligar a esos organismos a producir compuestos de interés. Por ejemplo, las microalgas pueden acumular aminoácidos o antioxidantes.
Las microalgas son las algas más pequeñas, formadas por una única célula. Su cultivo y producción son de bajo coste y no dañan el ambiente. Su uso se ha extendido incluso a la cosmética.
Las microalgas también contienen más proteínas que muchos alimentos comunes, también tienen altos porcentajes de aminoácidos esenciales.