El gobierno de Ecuador informó que en los últimos días recogió unos 500 cadáveres que estaban en el interior de viviendas en la ciudad de Guayaquil, la más castigada por la pandemia del coronavirus en el país suramericano.
En total, desde que se iniciaron las labores en Guayaquil han sido levantados más de 1.300 cadáveres, entre los acumulados en casas particulares, los fallecidos en hospitales y los que fueron recogidos por funerarias privadas.
“Ya no hay casos atrasados”, manifestó Jorge Wated, responsable de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) destinada para actuar ante la crisis en Guayaquil, epicentro del brote de COVID-19 en Ecuador, y que durante la última semana ha sido escenario de una grave acumulación de cadáveres.
Wated dijo que la FTC, adscrita al Ejército, ha recolectado todos los cadáveres que se encontraban en domicilios en Guayaquil desde el comienzo de la crisis el pasado 29 de marzo, reseñaron medios locales.
Durante la última semana los miembros de la Fuerza de Tarea “han recogido unos 500 cadáveres de los domicilios y entregado aproximadamente 480 certificados de defunción que han permitido que las funerarias privadas puedan trasladar y enterrar más rápido los cadáveres”, aseguró.
El jefe de la FTC explicó que cuando sus efectivos civiles y militares llegaron a Guayaquil ya “había acumulados cientos de muertos, más los que se iban muriendo todos los días”.
“En seis días hemos conseguido igualarnos entre el número de fallecidos en viviendas y los que alcanzamos a recoger”, añadió.

La crisis se originó por la reducida actividad de los servicios fúnebres, a raíz del toque de queda de 15 horas decretado para frenar la propagación de la COVID-19 y del temor a contagiarse por parte de sus operarios.
Solo la provincia de Guayas cuya capital es Guayaquil, registra hasta la fecha 2.534 casos, un 67,6% del total de contagiados en el país que es de 3.747 según el último parte.
Contribuyó a esa situación en Guayaquil el creciente número de muertos a raíz de la emergencia sanitaria, pues a los habituales -de 40 a 50 decesos-, se sumaron los causados por la pandemia y aquellos que no ha podido comprobarse si fueron portadores del virus.
En Guayaquil, el nuevo coronavirus está infectado a médicos y enfermeras que constituyen la primera línea de choque contra la pandemia. La velocidad de contagio dentro del sistema de salud de esta ciudad, ya minado por la ola de pacientes, podría debilitarlo aún más antes de que llegue lo peor.
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Especialistas opinan que en las próximas semanas podrían morir hasta 3.500 personas por el COVID-19 solo en la provincia de Guayas.
Ya van más de 3.700 casos con 191 muertos en Ecuador desde el 29 de febrero.
El viceministro de salud, Ernesto Carrasco, declaró el pasado fin de semana que 1.600 trabajadores del sistema sanitario estaban infectados, pero el titular de la cartera, Juan Carlos Zevallos, precisó luego que ese número corresponde a casos sospechosos, mientras que los contagiados en el sistema de salud llegan a 417.
“Tenemos equipo, camas, espacio, pero nos hace falta personal”, dijo Carrasco, mientras el país cuenta con 4.165 centros de salud, tres cuartas partes en el sector público.