A consecuencia de la falta de fondos para operar que tienen las agencias federales designadas para proporcionar seguridad, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, pidió al presidente Donald Trump que aplace su informe sobre el Estado de la Unión programado para el 29 de enero.
El cierre del gobierno que ya se ganó el récord de los Estados Unidos afecta la inversión necesaria para brindar seguridad a los personeros del Estado que acuden a uno de los eventos más estelares de la vida gubernamental del país.
A través de una carta dirigida al Jefe de la Casa Blanca, Pelosí expuso a Donald Trump que “tristemente, dadas las preocupaciones de seguridad y a menos que el Gobierno reabra esta semana, sugiero que trabajemos juntos para determinar otra fecha adecuada después de que el Gobierno haya reabierto para este informe o que considere entregar su informe sobre el Estado de la Unión por escrito al Congreso el 29 de enero”.
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El Servicio Secreto y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos son las principales agencias federales de resguardo para el evento.
Hasta los momentos no hay respuesta alguna emanada de la Oficina Oval a la petición de la demócrata.
De acuerdo al protocolo legislativo, Nancy Pelosi, como presidenta de la Cámara de Representantes, tiene la prerrogativa de ser quien invita al presidente de la nación a dar el discurso anual sobre el estado de la Unión.
Fue público que en cumplimiento de sus funciones, el pasado 3 de enero hizo lo propio y emplazó al mandatario a comparecer en el Capitolio el próximo día 29.
Los obstáculos de seguridad que avizora la legisladora, la han conducido a sugerir a Donald Trump “trabajar juntos para determinar otra fecha apropiada” o entregar “por escrito” al Congreso el discurso el mismo esa misma fecha.
También dejó abierta la posibilidad de pronunciarlo “desde el Despacho Oval si lo desea”, ofreció, como alternativa, la presidenta de la Cámara de Representantes.
El cierre del Gobierno, el más largo en la historia moderna de Estados Unidos, es consecuencia de un desacuerdo sobre el presupuesto en el que Trump solicitó 5 mil 700 millones de dólares para la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Los demócratas en el Congreso rechazaron su demanda.
Desde que empezó el cierre el 22 de diciembre, la Casa Blanca y la dirigencia demócrata en el Congreso han sostenido varias rondas de negociaciones sobre la seguridad fronteriza y el financiamiento del muro, pero todas han fracasado.
El cierre ha afectado a una cuarta parte de las agencias federales, provocando que alrededor de 800 mil empleados federales estén de permiso sin goce de sueldo o estén trabajando sin recibir salario.
La Casa Blanca calcula que el cierre podría reducir trimestralmente el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos en 0,1 por ciento por cada dos semanas que continúe.