Las pensilvanas Carnegie Mellon University y la casi tricentenaria UPenn, han puesto su interés académico en el modo de “navegación incógnito”, una promesa de reserva privada que ofrecen algunos motores de búsquedas a sus usuarios para no dejar huellas en el historial.
El modo de “navegación incógnito” promete al usuario una navegación personal, que no deja estelas verificables por terceros, no solo para otras personas que utilizan el mismo PC, sino para los portales que no deberían tener acceso a la información personal de los camuflados.
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Hay varios usos para el modo incógnito: Entrar a cuentas de redes sociales, acceder a portales bancarios, abrir las puertas de proyectos alojados en servidores pagos y los más comunes, quienes la usan para acceder a contenidos solo para adultos.
Para estos últimos hay malas noticias: las páginas web de contenido sexual logran obtener los datos personales de los que entran enmascarados, e incluso los comparten con las diferentes redes sociales o simplemente las venden.
Esta situación llamó la atención de las dos universidades de Pensilvania, instituciones que van a investigar los protocolos que utilizan estas páginas para adultos para “proteger” los datos de sus usuarios.
Para iniciar las averiguaciones los universitarios utilizaron dos programas, webXray y policyXray, para saber qué páginas porno tienen políticas de privacidad y lo que encontraron es que compañías como Google, Facebook y Oracle tienen mecanismos para rastrear a un usuario que entre a una página porno.
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De acuerdo a este avance, se cree que esto sucede incluso cuando las personas borran las cookies y entra en modo incógnito aunque sea en el buscador de Google, Chromeen su dispositivo o en una computadora.
Los usuarios deben esperar los resultados de este emprendimiento y sus recomendaciones, que ayudarán a determinar de qué tamaño es la “promesa incógnita” que ofrecen los buscadores.