El alcalde de Miami-Dade Carlos Giménez, impuso toque de queda en este condado que comenzará a regir a partir de este viernes 3 de julio en horario de 10:00 de la noche a 6:00 de la mañana por tiempo indefinido, ante el vertiginoso aumento de los contagios de COVID-19 registrado en las últimas semanas.
Quedan exentos de dicha medida los trabajadores esenciales cuya categoría incluye personal que labora en hospitales, rescatistas, bomberos, policías, personal de los medios de comunicación y quienes laboren en los servicios de entrega de alimentos a domicilio.
En un comunicado oficial, Giménez anunció que dará marcha atrás a la reapertura de negocios de entretenimiento como salas de cine, teatros, salones de juego, casinos (a excepción de los casinos de las tribus indígenas sobre los que el condado no tiene jurisdicción), salones de entretenimiento para adultos, salas de concierto y boleras entre otros.
“El objetivo de este toque de queda es evitar que las personas salgan y se reúnan con amigos en grupos, lo que ha demostrado que está propagando el virus rápidamente”, refirió el alcalde en declaraciones difundidas por medios locales.
La medida fue anunciada el jueves 2 de junio tras confirmarse que Florida batió un nuevo récord de contagios de COVID-19 al reportar más de 10 mil nuevos positivos en un día.
Hasta la semana pasada, las personas no necesitaban cubrirse la cara cuando estuvieran al aire libre, si podían practicar el distanciamiento social, pero desde este viernes es obligatorio el uso de la mascarilla en todos los lugares de la ciudad, abiertos y cerrados.
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El comunicado indica que habrá reglas más estrictas para quienes decidan comer en un restaurante pues los comensales solo se podrán quitar la máscara cuando estén comiendo o bebiendo. “Si está esperando por su comida en la mesa de un restaurante, no se quite la máscara mientras conversa con las personas a su alrededor”, dice.
“Usar una máscara es en realidad un símbolo de respeto. El respeto que tengo por ti, y que tienes por mí. Hay que asumir que todos tienen el virus, por eso les pedimos a todos que usen mascarilla”, dijo Giménez en una entrevista.
En días pasados el alcalde anunció el cierre de playas durante el fin de semana del Día de la Independencia que se celebra cada 4 de julio, así como la prohibición de consumir alcohol en bares. La medida también limitó el acceso a las piscinas y las ventas de alcohol en los hoteles durante el pasado fin de semana.
Durante más de una semana el número de hospitalizaciones en Miami-Dade rompió récords todos los días. El 2 de junio el reporte reflejaba que 1.364 personas estaban hospitalizadas por COVID-19, la cifra más alta de cualquier día.
“En este momento tenemos muchas camas pero algunos hospitales están experimentando escasez de personal”, dijo Giménez.
Miami-Dade sigue siendo el condado con más casos de coronavirus en Florida, seguido de Broward y Palm Beach. Hasta hace ocho días en el estado permanecían hospitalizados 15.150 pacientes según los datos del Departamento de Salud de Florida.