Homestead, un centro de detención de indocumentados ubicado al sur de Miami, negó el acceso a tres representantes demócratas que realizarían una inspección en sus instalaciones, con la idea de supervisar las tareas de ampliación del número de camas en un recinto que durante una vista anterior fue descrito por las legisladoras como una prisión para niños.
Debbie Wasserman Schultz, Donna Shalala y Debbie Mucarsel-Powell, hicieron pública su consternación ante la obstaculización de sus actividades, una denegación que es “ilegal” dada una ley de este año que previene órdenes de ese tipo, dijeron en un comunicado.
Homestead es el centro de detención de menores más grande de los Estados Unidos, por lo que es de interés del Congreso observar cómo se va a implementar la expansión de la capacidad del centro, “en medio de preocupaciones persistentes sobre el personal inadecuado, el espacio y otros servicios que se prestan ahí”.
“Durante nuestra última visita a Homestead, fuimos testigos de niños que vivían en condiciones estrechas, parecidas a una prisión”, agregaron las legisladoras.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés) confirmó que se denegó el ingreso a las legisladoras al centro, que de acuerdo al anuncio de la agencia federal pasará en el transcurso de este mes de 2 mil 350 camas a 3 mil 200.