Las icónicas palmeras de Florida tienen sus horas contadas porque las autoridades ya se olvidaron de ellas y, además, un mortal hongo amenaza con derribar las que quedan en pie.
Más de 65 especies de estos hermosos cocoteros son vulnerables a un hongo capaz de pudrir su madera, lo que podría ser demoledor para el paisaje del sur de Florida. Científicos del Instituto de Ciencias de la Agricultura y la Alimentación de la Universidad de Florida diseñaron una forma de detectar el hongo antes de que sea demasiado tarde.
El Dr. Braham Dhillon, un patólogo de plantas, anda tras la pista de ese hongo que se conoce como el asesino silencioso. Se trata de una enfermedad producida por el hongo Ganoderma Butt Rot que nace en el suelo y ataca a las palmeras. “Infecta la parte inferior del árbol y esa área, alrededor de las raíces”, señaló el investigador.
La infección corroe a la planta de adentro hacia afuera. “Eso significa que, en caso de viento, o incluso sin viento, si está demasiado degradado o podrido, las palmas pueden caer y ser un riesgo para los peatones o la propiedad junto a la acera o donde sea que se planten las palmas”, recordó Dhillon.
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Asimismo, comentó que conforme avanza la enfermedad, las ramas inferiores caen contra el tronco y crece un hongo parecido a una seta en la base del árbol. Ese hongo genera millones de esporas capaces de propagarse a través del viento o el agua y por el suelo hasta otras palmeras sanas.
Sin embargo, ahora Dhillon y su equipo han desarrollado una prueba que es capaz de detectar la enfermedad antes de que no haya más remedio. Para ello las personas y los propietarios de viviendas sólo necesitan un taladro básico para tomar muestras de lados opuestos del árbol cerca de la base, recolectar las virutas en una bolsa de plástico y enviarlas al laboratorio del Instituto de Ciencias Agrícolas y Alimentarias de la Universidad de Florida.
Los clientes, los paisajistas y las empresas pueden obtener su formulario en línea, seguir las instrucciones y enviar sus muestras al laboratorio. Luego viene el proceso de matar el hongo que se encuentra en el suelo o en el tronco del árbol.
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Sustituidas por otras especies
Por si fuera poco, las palmeras también se enfrentan a un difícil atolladero. Las autoridades de Florida ya no se proponen volver a plantar estas especies. El gobierno floridano se propone retirar poco a poco las palmeras y sustituirlas por otros árboles ecológicamente más sostenibles según publicó hace algún tiempo la cadena CNN.
Penni Redford, gerente de cambio climático de la ciudad de West Palm Beach, declaró a la cadena de noticias estadounidense que ”las palmeras no secuestran carbono al mismo ritmo que los árboles nativos y no brindan sombra, no refrescan las calles y las aceras para reducir el calor en la ciudad”.
Es posible que para el año 2050 las palmeras no ocupen más del 25% de la población de árboles en Florida. Para ese entonces el paisaje será otro muy distinto.