Kendrick Lamar ofreció una actuación llena de rap y energía en el descanso del Super Bowl. Es el primer rapero en solitario en ocupar el escenario con más público del mundo para un músico, una audiencia aproximada de 120 millones de espectadores.
El Super Bowl LIX, la NFL y Apple Music -patrocinador oficial del show medio tiempo desde 2023- eligieron al rapero Kendrick Lamar. Esta presentación marcó su regreso a los escenarios del Super Bowl tras su aparición en 2022, cuando fue invitado en el show de Dr. Dre, Eminem, Snoop Dogg, 50 Cent y Mary J. Blige.
Durante casi 15 minutos, Lamar repasó varias de las piezas más populares de su obra. El show comenzó totalmente a oscuras. Cuando se encendieron las luces apareció Samuel Jackson en una versión del Tío Sam en un escenario con forma de Play Station -una de las marcas patrocinadoras del evento-. Cantando en cuclillas sobre el capó de un auto apareció entonces Lamar, que empezó con su hip hop.
Del vehículo empezaron a salir entonces decenas de bailarines, vestidos de colores rojo, azul y blanco, formando así la paleta de la bandera de Estados Unidos.
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En su presentación lo acompañó SZA, con quien emprenderá una gira por 19 estadios de Estados Unidos a partir del próximo mes de abril.
Las canciones que el artista interpretó fueron Body 4 Body, Squabble Up, Humble, DNA, Euphoria, Man of the Garden, Peekaboo, Luther Ft. SZA, All ths Stars, Not Like Us -donde apareció Serena Williams- y TV Off, Kendrick invitó al escenario a Lefty Gunplay para esta canción.
El rapero llegó al evento tras un año de éxito y controversia, especialmente por su tema “Not Like Us”, que recientemente fue premiado en los Grammy 2025 y que ha sido el centro de su enfrentamiento con el canadiense Drake. En la canción, Lamar lanza acusaciones fuertes: “A ver, Drake, oí que te gustan jóvenes”, y luego refiriéndose a él y a su equipo como “pedófilos certificados”.