Al presidente Trump al parecer no le molestan las manifestaciones xenófobas propias y menos las que realizan sus seguidores, quienes en Carlina del Norte entonaron cánticos basados en letanías que decían “¡Envíenla de vuelta! ¡Envíenla de vuelta!”, lírica que estaba dirigida contra la legisladora Ilhan Omar.
Esta misma semana la oradora Nancy Pelosi respondió a la ráfaga de tuits que Donald Trump envió contra las legisladoras demócratas a quienes les dijo que se devolvieran a sus países de origen. La presidenta de la Cámara de Representantes dijo que cuando el Jefe de la Casa Blanca reafirma su plan de “hacer de América un país grande de nuevo”, lo que quiere decir es hacer que “Estados Unidos sea blanco de nuevo”.
Puedes leer: Acusan a agente fronterizo estadounidense de actos lascivos y maltrato a niños
Desde el domingo la tensión política partidista en los Estados Unidos está robusteciendo su polarización. Hoy se ha dado desde la acera proselitista de Trump un paso más con la ayuda de seguidores del neoyorquino.
El escenario fue en Greenville, Carolina del Norte, donde el gobernante tuvo un acto de campaña. Frente a la audiencia Donald Trump aprovechó para emprenderla nuevamente en contra de la legisladora musulmana Ilhan Omar.
Tras expresar sus desavenencias con la joven de 37 años nacida en Somalia, pero ciudadana estadounidense y legisladora por uno de los distritos de Minesota, la multitud comenzó a corear con marcialidad grupal: “¡Envíenla de vuelta! ¡Envíenla de vuelta!”.
De acuerdo a la prensa local que hizo cobertura del evento, Trump evitó sumarse al coro de voces, pero se mantuvo en silencio con una sonrisa cómplice.
Poco después, de regreso a Washington, el presidente alabó a los asistentes.
“Qué multitud y qué gran gente. El entusiasmo va a acabar con nuestros rivales de la izquierda radical”, afirmó Trump, que ya ha lanzado oficialmente su candidatura para la reelección.
De acuerdo a analistas políticos el lenguaje del presidente de los Estados Unidos ha permeado en sus seguidores, y algunos se han animado a reproducir el tono virulento y ha encontrado en otros el estímulo que necesitaban para expresar una animadversión que tenían escondida.
Puedes leer: Redadas: Persecución en masa mina salud de los inmigrantes
De allí que se encuentren evidencias como las citadas y ocurridas en Carolina del Norte donde la campaña electoral muestra un tono agresivo y donde se conjugan vítores, silencio cómplice y el enaltecimiento público de una conducta que a todas luces debería ser reprobada.
Kamala Harris, la senadora demócrata por California y una de las favoritas a la candidatura presidencial de su partido, calificó las declaraciones del mandatario de “viles, cobardes y xenófobas”.
“Es racista. Ensucia la oficina del presidente (…) Es hora de sacar a Trump del cargo y unir al país”, remarcó Harris.
Frente a las contundentes críticas demócratas, que han llegado a liderar una resolución de reprobación en la Cámara de Representantes, ha sorprendido el silencio de los republicanos ante las explícitas declaraciones del presidente.
“Tenemos que rebajar el tono de la retórica en el país. Usar, lanzar palabras como ‘racismo’, casi aplicándolas de manera rutinaria a casi todo”, lamentó Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, en declaraciones a los periodistas este jueves en el Capitolio.
“Aquí la cuestión es (…) ¿dónde quieren llevar a EEUU? Quieren convertir a EEUU en un país socialista”, subrayó McConnell, uno de los pocos republicanos que se han referido públicamente a los comentarios.
La controversia ha ido creciendo desde que el pasado domingo Trump atacara a un grupo formado por cuatro jóvenes congresistas demócratas, conocido como “El Escuadrón” (“The squad”) y que integran la latina Alexandria Ocasio-Cortez, la afroamericana Ayanna Pressley, junto las musulmanas Rashida Tlaib y la mencionada Omar.
Las congresistas son parte del ala más progresista del partido demócrata y han lanzado ambiciosas propuestas, con escaso recorrido legislativo, como el multimillonario “Nuevo Pacto Verde” para combatir la crisis climática o un plan público de cobertura de salud universal.
Todas ellas son ciudadanas estadounidenses, y tres de ellas nacieron en el país: Ocasio-Cortez en Nueva York, Tlaib en Detroit (Michigan) y Pressley en Chicago.