Importantes fisuras en las dependencias de Nuevo México de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), que tuvo en custodia a la niña guatemalteca de 7 años que murió por deshidratación, fueron halladas por una comisión del Congreso que investiga el caso “in situ”.
Los congresistas presentes en el cuadragésimo séptimo Estado de la Unión, de acuerdo a sus averiguaciones, aseguran que existieron “fallos sistemáticos muy perturbadores” en la muerte de la menor y pidieron una investigación independiente.
Además algunos calificaron las condiciones de los centros de detención visitados de “inhumanas”, al punto de que no cuentan con agua corriente, no existe un área para bañarse, y la comida se reduce a barras de granola, cajas de jugo pequeñas y “burritos” congelados.
Al panorama sumaron condiciones de hacinamiento y ausencia de personal con preparación médica o de primeros auxilios que pueda detectar cuando una persona tiene su salud comprometida.
Al estado de Nuevo México fue a parar una comisión del congreso que pedirá una investigación privada por la muerte de la niña guatemalteca de 7 años, Jakelin, pero a los esfuerzos se solicitará una averiguación para conocer las causas del deceso de otra niña de 21 meses llamada Mariee, quien falleció el 10 de mayo tras enfermar en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dilley (Texas).
Fallos sistemáticos perturbadores
Joaquín Castro, presidente electo del Comité Hispano del Congreso, y congresista por Texas, declaró a los medios tras visitar el puerto de entrada de Antelope Wells y la Estación de Patrulla Fronteriza de Lordsburg, en Nuevo México, que se enteraron que “hubo algunos fallos sistemáticos muy perturbadores en la forma en que se manejó la condición de la niña”.
“El problema comenzó cuando CBP violó la ley y no notificó al Congreso dentro de las 24 horas que Jakelin había muerto bajo su custodia”, señaló Castro en conferencia de prensa.
Por Antelope Wells ingresó la niña Jakelin Caal a los Estados Unidos para quedar en custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
The Washington Post fue el medio estadounidense que el 13 de diciembre publicó la primera versión periodística de los hechos, y reflejó un comunicado de la Patrulla Fronteriza que advertía que la niña llevaba “varios días sin comer o consumir agua” al momento de su detención. No obstante el reporte no deja claro si recibió alimentos o atención médica a lo largo de la noche, antes de sufrir las convulsiones.
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El congresista Joaquín Castro comentó que entre sus muchas diligencias sostuvo una conversación con el Comisionado Kevin K. McAleenan, jefe de CBP, quien admitió que la agencia violó la ley federal.
El legislador por Texas, en un comunicado suscrito por el Caucus Congresional Hispano, reveló que “basándome en mis conversaciones con él, sobre la base de su conducta, creo que debería renunciar. Creo que ese sería el mejor curso de acción en este momento”.
“En esa conversación inicial también descubrí que había otros hechos perturbadores. En el viaje en autobús de 94 millas, donde la niña comenzó a presentar síntomas graves de falla física, no había nadie que pudiera ofrecerle ningún tipo de ayuda médica, no cuentan con personal entrenado médicamente”, explicó Castro.
El demócrata dijo que los legisladores necesitan ver cómo están equipadas las estaciones de la Patrulla Fronteriza para proteger la salud y la seguridad de los migrantes.
“El día ha sido muy emotivo, aquí en Lordsburg acabamos de ver a muchos de los niños pequeños que estaban con sus padres, que se encontraban en situaciones muy desesperadas”.
“Una niña y su madre querían agua en una de las instalaciones de detención, pero no había vasos para que la gente bebiera. Así que hay una serie de cosas pequeñas y cosas muy grandes que se suman a problemas muy serios”, denunció.
La mirada de los otros
Los miembros de la comitiva que visitaron las instalaciones, entre ellos el congresista Ben Ray Luján y la congresista electa Xochitl Torres Small, han exigido una investigación independiente de la muerte de la niña.
El congresista de California Raúl Ruiz, quien es médico de emergencias, dijo que la niña que murió mientras estaba bajo la custodia de los funcionarios de la frontera debe haber mostrado signos que alertaran a los agentes a brindarle atención médica.
“Si la niña no había comido y vomitó durante varios días debió presentar síntomas en el departamento de emergencias o en cualquier otro lugar”, expuso Ruiz.
“Un examen físico superficial hubiera determinado si el pulso es alto o la fiebre; cualquiera que esté deshidratado se ve realmente enfermo, tal vez se podría haber pedido una evacuación aeromédica y ella podría haber sobrevivido”, dijo.
El congresista Ray Luján denunció por su parte que las instalaciones que visitaron no cuentan con agua corriente y no existe un área para bañarse, y la comida se reduce a barras de granola, cajas de jugo pequeñas y “burritos” congelados.
“Y lo que describiría como celdas de retención inhumanas, donde vimos a niños con adultos en instalaciones superpobladas, con un baño compartido, completamente abierto”, detalló Ray Lujan.
“Lo que está claro es que debe haber una investigación independiente, y cuando le pregunté al comisionado si apoyaría una investigación en el Congreso, su respuesta fue que lo agradecería si fuera necesario”, expuso el congresista.
Castro, por otro lado, dijo que también quiere una investigación que incluya la muerte de otra niña guatemalteca de nombre Mariee, de 21 meses, que falleció el 10 de mayo tras enfermar en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dilley (Texas).