El actual boom del mercado inmobiliario en Miami pretende complacer la creciente demanda de viviendas y para ello los desarrolladores han posado sus miradas en uno de los barrios más tradicionales de la ciudad: Coconut Grove.
Tras la pandemia un gran número de empresas mudaron sus cuarteles generales a la pujante metrópoli de Florida, aumentaron los puestos de trabajo y las casas se hicieron insuficientes. Fue así como la maquinaria de las transformaciones llegó a Coconut Grove, situado junto a la costa de la bahía de Biscayne.
Al Ayuntamiento de Miami llegó una propuesta de redistribución de distritos que amenaza con dividir a la comunidad en tres, por lo que muchos residentes se encuentran preocupados e indignados. Desean mantener en pie al vecindario que ofrece exuberantes jardines y una arquitectura ecléctica.
Por tradición Coconut Grove es considerado como un lugar ideal para vivir con abundantes cafés móviles que llaman a las multitudes. Las soleadas tardes permiten el disfrute por su excelente ubicación muy cerca del agua y del centro de la ciudad. Nunca fue estimado como un lugar turístico debido a su carácter rural.
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Ahora la paz y la tranquilidad del barrio fundado en 1870 por inmigrantes de las Bahamas son desafiadas por las construcciones. “Perderíamos la representación del portavoz único y en su lugar tendríamos que rendir cuentas a tres comisarios diferentes”, dijo Mel Meinhardt, de la Fundación One Grove.
El viejo vecindario cuenta con una fuerte historia de raíces afroamericanas y bahamenses cuyos residentes temen que se vea reducida con este nuevo cambio. “Esto fue construido por bahameños. Esa historia es importante. Esta comunidad es importante”, dijo el abogado de la referida fundación, David Winker.
Diversos medios locales reseñan que cada vez son más los locales que cierran sus puertas en una barriada con más de un siglo de antigüedad. Se han perdido casi todas las tiendas, los restaurantes, los bares y las discotecas que había en Grand Avenue, el corazón del vecindario. Muchos negocios ya han sido derribados para dar paso a nuevas construcciones, otros están abandonados.
Arrasados por el boom inmobiliario
Los viejos residentes tienen la opción de permanecer entre los nuevos desarrollos inmobiliarios. En la actualidad la barriada de raíces afroamericanas es arrasada por un boom inmobiliario y la fuerte dinámica de transformaciones. Las viejas, modestas y tradicionales viviendas son derribadas para construir casas lujosas. West Coconut Grove es un ejemplo de ello.
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Según cifras del Censo federal del Center for Ethics and Public Service de la Facultad de Derecho de la Universidad de Miami, entre 2000 y 2020, la población afroamericana del vecindario disminuyó a 26.000 residentes. Esto representa una reducción del 40%.
Ahora las webs de bienes y raíces promocionan al otrora vecindario afroamericano de Coconut Grove como un destino de compras para los amantes de las boutiques exclusivas y los productos de alta gama. Venden al barrio fundado por inmigrantes como un lugar donde estarán ancladas boutiques de moda.
Los exclusivos restaurantes con estrella Michelin frente a la exuberante bahía se abren paso delante de los locales de comida callejera. Lo viejo y tradicional tiene sus días contados.