El uso del idioma es una destreza que no solo se verá muy bien en tu hoja de vida, sino que es necesaria para abrir la mente y entender otras culturas. Si vives en un país de habla inglesa y aun no lo dominas, es imperativo que busques formas de mejorar.
El principal aspecto a prestar atención es la pronunciación. Un error en ésta casi siempre perjudica la comunicación más que confundir conceptos gramaticales como, por ejemplo, el Present Perfect y el Past Simple.
Es preferible comunicar una frase incorrecta, pero con una pronunciación inteligible, que construir la frase correctamente, pero con errores de pronunciación. Si se trata de un examen gramatical, las prioridades cambian.
El español es un idioma fonético. Las vocales se pronuncian como suenan. Pero en inglés no funciona igual, de acuerdo a BBC Mundo en un artículo sobre el tema se afirma que «si pronunciamos palabras inglesas como si fueran españolas el efecto es que el 80% de lo que decimos resulta incomprensible, lo que complica mucho una conversación y convierte una presentación en un desastre». El español tiene solo cinco sonidos vocales, comparado con el inglés que tiene 12 vocales y 8 diptongos.
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El ritmo es otro punto a tener en cuenta, el español y el inglés van a ritmos distintos. En general, el español tiene un ritmo constante con el mismo énfasis en cada palabra. Por el contrario, el inglés pone mucho más énfasis en algunas palabras y sílabas que en otras.
Una manera de practicar esto es prestar atención a diálogos en inglés y escuchar, no solo para la comprensión, sino también para identificar el énfasis en las distintas palabras en una frase.
El español se escribe como se pronuncia, cosa que no sucede en el inglés, pues en este no existe una correlación entre la expresión oral y la escritura, por esta razón es importante, que los estudiantes escuchen conversaciones en situaciones reales para que se puedan familiarizar rápidamente con las características especiales de cada idioma.
Cuando se atiende a la enseñanza de la fonética y la fonología se hace una mejoría en la pronunciación, lo cual va a redundar en mejor acentuación y entonación y por ende se llegará a un grado mayor de comprensión tanto en la comunicación como en la comprensión auditiva cuando se está aprendiendo una nueva lengua.