Un grupo de oficiales de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos fue apedreado por inmigrantes ilegales del lado mexicano en respuesta al bloqueo practicado que evitó una incursión masiva de centroamericanos a California.
La oscuridad del 1° de enero quiso ser aprovechada por un grupo de más de 150 personas que conforman parte del éxodo de en una caravana que el año pasado fue sumando a buscadores del “sueño americano”.
De acuerdo a información suministrada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) estadounidense, en medio de las labores de disuasión al menos 25 desplazados lograron pasar a territorio californiano y todos fueron detenidos.
El intento masivo de cruce ilegal se desarrolló en la frontera entre Tijuana, México, y San Diego California. Los migrantes se concentraron a un lado del muro divisorio en Playas de Tijuana y en el cañón de Los Laureles, en la frontera de México con Estados Unidos.
De acuerdo a la agencia estadounidense los inmigrantes que vieron frustrada su acción, desde territorio mexicano, algunos la emprendieron a pedradas contra los uniformados quienes tuvieron que resistir las andanadas de proyectiles.
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En una evaluación táctica inmediata de la situación la CBP detectó que algunas personas intentaron cruzar niños por encima de la barda que recientemente fue reforzada con alambrado de púas, por lo que los menores corrían riesgo de lastimarse.
Los agentes no pudieron asistir a los niños de forma segura, dado la “gran cantidad de piedras que eran arrojadas” hacia los uniformados, apuntó el informe.
La profusión del ataque con piedras no solo puso en peligro la seguridad de los Agentes Fronterizos, sino la de los inmigrantes que pudieron pasar a California.
La agresión creó un pequeño estado de sitio que fue quebrado con el uso de gas lacrimógeno, humo y gas pimienta, en una acción que estuvo dirigida, según reporta la CBP, a los alterados que quedaron del lado mexicano.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) aseguró que el contraataque hizo blanco en “los alterados” y que no se desplegaron estas medidas de forma directa contra los inmigrantes que intentaron cruzar de forma ilegal hacia Estados Unidos, sino a las personas que arrojaban las piedras desde el lado mexicano, y que debido al uso del gas huyeron del lugar.
“Ningún agente observó a ninguno de los inmigrantes en la línea divisoria, incluyendo a los niños, experimentando algún efecto derivado de los químicos, que eran dirigidos hacia quienes arrojaban piedras a distancia”, señalaron autoridades.
CBP señaló que su Oficina de Responsabilidad Profesional investigará lo sucedido después de que los agentes tuvieran que usar la fuerza contra los inmigrantes.
Según fuentes de derechos humanos en México, guardias fronterizos de Estados Unidos lanzaron al menos dos granadas con gases lacrimógenos para repeler la intentona de cruce durante la primera madrugada de 2019.