Mientras la famosa canción de Shakira y Bizarrap acaparaba la atención de medios latinos, la historia
de Ana Walshe era noticia en Estados Unidos. Ana no era una figura pública, pero su relación
amorosa también se volvió titular. No puede soltar la lengua para contar las agresiones que vivió en
su hogar de Massachusetts y mucho menos podrá “pasar factura”. Ana está muerta.
Lo sorprendente de su caso no es el macabro plan de su esposo Brian Walshe para desaparecerla a
comienzos del 2023, sino que antes de casarse, ella había recurrido a la policía para denunciar que
su pareja amenazó con matarla. Y aun sabiendo que Brian era agresivo y hasta sociópata, se casó
con él y tuvieron tres niños.
Noticias como estas comprueban que quien asesina a su pareja, lo anticipa con su comportamiento.
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Pero muchas se hacen ciegas o creen que todo cambiará. Y no digo que quien ignora actitudes
tóxicas, se busca ser asesinada. Sin embargo, hay que observar señales.
Es violento: Darle puños a la pared, tirar ó romper objetos en momentos de discusión es peligroso,
pues quien demuestra un comportamiento auto destructivo lleva por dentro una serie de
situaciones que no ha podido identificar o sanar y las cuales alimentan su nivel de violencia,
agrediendo verbal, física o sexualmente.
Usa narcóticos: Estar bajo los efectos de sustancias ilícitas es la manera más fácil para perder el
sentido común. Quienes asesinan a su pareja le echan la culpa al Diablo y reconocen la tragedia
cuando pasan los efectos.
Es sociópata o psicópata: Aparenta ser la persona más encantadora, pero su cabeza está poseída por
maldad. En realidad, no le interesan los sentimientos de su pareja y carne de empatía. Y no todos
con desórdenes de personalidad son asesinos, pero mejor prevenir.
Es excesivamente celoso: Vivir con la obsesión de controlar todo lo que hace la mujer es peligroso,
pues celar es el motivo más común para “halar el gatillo”. Mientras, convivir con un mentiroso
compulsivo o patológico también pone en riesgo la vida. Y es que una constante distorsión de la
verdad, lo puede convertir en criminal.
Si te sientes amenazada, ¡sal corriendo y pasa factura si quieres desquite! Pero jamás, te quedes
donde estás.
Por: María Marín
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