La investigación sobre la muerte de un adolescente de 14 años que cayó de una torre en un parque de diversiones de Orlando, estableció que el operador de la atracción mecánica “hizo ajustes manuales al arnés” que lo hicieron “inseguro”, indicaron las autoridades estatales.
En una conferencia de prensa, la comisionada de Agricultura y Servicios al Consumidor de Florida, Nikki Fried, confirmó que el reporte de la indagación determina que “el sensor de seguridad del asiento se ajustó manualmente” al gran tamaño del adolescente, lo que permitió que la apertura del arnés fuera casi el doble de lo normal.
El trágico suceso se registró el pasado 25 de marzo en ICON Park, situado en el distrito turístico de Orlando, cuando Tyre Sampson, originario de Misuri, quien estaba en la ciudad de visita con un grupo de amigos y familiares, decidió subirse a dicha atracción.
Todo parece indicar que, dado que Sampson era un adolescente de gran corpulencia, con unos 136 kilos de peso, el operador de la atracción ajustó manualmente la apertura del arnés y el sensor del asiento para permitir su acomodación, de acuerdo con la investigación que hizo la firma de ingeniería Quest Engineering, de Tallahassee en Florida.
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El muchacho se precipitó al vacío cuando la atracción Free Fall Ride (una torre de caída libre) se puso en movimiento para recorrer en picada los 131 metros de altura).
“Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para asegurarnos de que algo como esto nunca vuelva a suceder“, dijo Fried.
Según un reporte del canal Wesh 2 de Orlando, los ingenieros de la investigación de campo utilizaron sofisticados escáneres láser 3D para reconstruir la caída que sufrió Sampson, recreando imágenes de 360 grados que luego se analizaron.
Los medios de comunicación locales señalan que aunque en las taquillas de venta de entradas se advierte sobre la altura requerida para subir a esta atracción, no se menciona el peso.
El adolescente cayó al vacío desde la atracción Orlando Free Fall que comenzó a funcionar en diciembre del año pasado y es promocionada como la torre de caída libre más alta del mundo.
Orlando Free Fall tiene 131 metros de altura y capacidad para unas 30 personas, quienes son transportadas hasta lo más alto de la torre para luego ser soltadas en una caída libre de más de 120 km/h), de acuerdo con lo que informa la página web del parque.
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Esta atracción así como la aledaña de Orlando Sling Shot, ambas propiedad de Slingshot Group, permanecen cerradas de manera indefinida mientras continúan las pesquisas.
Según el canal local WKMG, en septiembre de 2020 un joven de 21 años murió luego de caer al vacío de la atracción StarFlyer de ICON Park mientras realizaba una inspección de seguridad a unos 70 metros de altura.