La escasez de pruebas para la diagnosis de la COVID-19 no solo es un asunto que afecta a la ciudad en general, sino que es un tema de preocupación para los interesados en el tema carcelario en Filadelfia.
De acuerdo a datos que maneja la American Civil Liberties Union (ACLU) divulgados por WHYY más de 75% de las personas examinadas en las cárceles de Filadelfia han contraído COVID-19 o se presume que son positivas.
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Es necesario que se entienda la afirmación para que no derive en un juego de palabras: Tres cuartos de los reclusos sometidos al test para determinar la COVID-19 en sus cuerpos han resultado positivos.
Sin embargo la aclaratoria no le resta importancia a los hechoa, más aún cuando los expertos en salud han dicho que el alcance total del brote entre las personas encarceladas aún no se ha comprendido completamente.
Para lidiar con esta situación los epidemiólogos hacen la misma demanda que exigen para toda la ciudadanía: Se requiere hacer pruebas a todos. La población carcelaria típica de la ciudad es de 4 mil 600 personas en cuatro instalaciones.
Una demanda respaldada por la ACLU alega que en algunos casos, el Departamento de Prisiones de Filadelfia no hizo las pruebas ni siquiera a los reclusos que mostraron síntomas. Los hombres y mujeres encarcelados se hicieron eco de esas afirmaciones en un reciente informe y WHYY.
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Filadelfia ha sido reacia a instituir una política de pruebas universales, en lugar de hacer pruebas sólo a los reclusos con síntomas aparentes. Los funcionarios citan la escasez generalizada de kits de pruebas y materiales, y dicen que las medidas de encierro internas en las cuatro instituciones correccionales del condado son lo suficientemente efectivas.