Nueve personas murieron acribilladas en la noche del miércoles 19 de febrero en dos tiroteos consecutivos ocurridos en un bar oriental y en una tienda, ambos ubicados en la ciudad alemana de Hanau, a unos 20 kilómetros al este de Frankfurt.
El presunto autor de los disparos, un alemán de 42 años, fue hallado muerto por la policía en su domicilio aproximadamente a las 3:00 de la madrugada del jueves 20 de febrero, y a su lado había otro cadáver que sería el de su madre con lo que el número de muertos asciende a 11. Según el reporte preliminar de la policía del Land de Hesse por el mismo caso hay al menos cinco personas heridas.
El primer ataque se produjo después de las 10:00 de la noche del miércoles en el centro histórico de Hanau. El atacante llamó al timbre del bar Midnight y se dirigió a la zona de fumadores donde empezó a disparar. Allí cayeron muertos cinco jóvenes, entre ellos una mujer. Medios locales refieren que entre los fallecidos hay personas de origen kurdo.
Minutos después se produjo otro tiroteo mortal en un local similar al del primer ataque, denominado Arena Bar & Café, ubicado a dos kilómetros de distancia. En este caso las ráfagas de disparos se hicieron desde el interior de un automóvil en marcha. En un apartamento cercano fue donde en la madrugada del jueves la policía halló el cadáver del supuesto agresor y el de su madre.
El sospechoso de nacionalidad alemana, dejó una carta y un vídeo confesando los crímenes, y según el tabloide Bild, en ambos detalla argumentaciones de extrema derecha. Medios locales identificaron al agresor como Tobias R.

El ministro regional del Interior del estado alemán de Hesse, Peter Beuth, confirmó que las autoridades parten de un trasfondo xenófobo en el tiroteo en Hanau. La fiscalía federal asumió las investigaciones, lo que sugiere que detrás del crimen hay un trasfondo terrorista.
“Por lo que sabemos, el acto tuvo una motivación xenófoba”, dijo Beuth a periodistas y añadió que Tobias R. no estaba hasta ahora en la mira de la Policía.
Por su parte la canciller alemana, Ángela Merkel, aseguró que el “racismo es veneno” en reacción al ataque de motivación xenófoba ocurrido en el centro de Alemania.
Merkel, en un breve encuentro con periodistas convocado de urgencia, señaló que con los actuales indicios parece que el atacante se guiaba por motivos “ultraderechistas” y “racistas”, por “odio contra personas de otro origen, de otra religión y de otra apariencia”.
“El racismo es veneno. El odio es veneno. Y este veneno se da en nuestra sociedad y ya es responsable de demasiados delitos. Desde los crímenes de la (célula ultraderechista) NSU (Clandestinidad Nacionalsocialista) a las muertes de Halle, pasando por el asesinato de (el político local conservador) Walter Lübcke”, agregó.
La canciller, que condenó este “terrible” atentado, recalcó que el Gobierno alemán trabaja en la defensa de “los derechos y la dignidad” de “todas las personas en nuestro país. Nosotros no diferenciamos por origen o religión. Nosotros confrontamos a los que tratan de dividir Alemania con todas nuestras fuerzas y determinación”, afirmó.