El presidente Donald Trump ganó simpatías de ambos lados de la acera política del país cuando emitió una orden ejecutiva para bajar el precio de los medicamentos y que los costos se equipararan a los de su vecino del norte Canadá, a donde van a parar caravanas de enfermos estadounidenses en búsqueda de fármacos más baratos.
Sin embargo la “genial” idea del Jefe de Estado ha encontrado de frente un vortex polar con vientos que se agitan desde las oficinas de la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA) y las altas presiones de Ottawa, quien advierte que su industria farmacéutica está hecha para satisfacer la demanda de su país y que no está en posición de transformarse de la noche a la mañana en un proveedor seguro de los Estados Unidos.

Trump recientemente tuiteó que la Casa Blanca y el Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) Alex Azar “pronto publicarán un plan para permitir que Florida y otros estados importen medicamentos recetados que son MUCHO MÁS BARATOS de lo que tenemos ahora”.
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“Los estadounidenses que trabajan duro no merecen pagar precios tan altos por los medicamentos que necesitan”, agregó. “Luchamos diariamente para asegurarnos de que esto suceda”.
La Administración de Alimentos y Medicamentos espera publicar la propuesta en enero, de acuerdo con la agenda regulatoria de otoño publicada la semana pasada.
Otra promesa electoral atascada
Los legisladores estatales y federales han buscado soluciones a los altos costos de los medicamentos a medida que los precios se disparan y los pacientes tienen cada vez más dificultades para pagar por sus medicamentos.
Trump ha hecho de la reducción de los precios de los medicamentos una meta clave de su presidencia, pero ha hecho pocos progresos casi tres años después de asumir el cargo.
Bajo su plan, los gobiernos estatales podrían solicitar permiso al HHS para importar medicamentos recetados más baratos de proveedores canadienses que cumplan con estrictos requisitos. Florida, Colorado, Vermont y Maine están en el proceso de redactar dichas propuestas.
Pero no está claro si Estados Unidos encontrará un socio dispuesto en Canadá, cuyo apoyo a la importación de drogas sería crucial para que la propuesta despegue.
Canadá y la PhRMA
De acuerdo a Kirsten Hillman, en una declaración posterior a su reunión con Joe Grogan, jefe de política interna de Trump, “es importante reconocer que el mercado canadiense de productos farmacéuticos es demasiado pequeño para tener un impacto real en los precios de los medicamentos en Estados Unidos”, dijo la embajadora en funciones de Canadá ante Estados Unidos.

“La prioridad de Canadá es asegurar un suministro constante y sólido de medicamentos a precios asequibles para los canadienses”, añadió.
Un vocero del Ministerio de Salud de Canadá, la agencia que dirige el sistema de salud del país, dijo en una declaración que se está comprometiendo con funcionarios de Estados Unidos para “entender mejor” las implicaciones de la importación de drogas.
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Otro gran obstáculo es la industria farmacéutica de Estados Unidos, particularmente la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA). El grupo comercial financia la Alianza para la Seguridad de los Medicamentos, que ejerce presión contra la importación de medicamentos.