El gobernador de Texas, Greg Abbott, lanzó una campaña para arrestar a inmigrantes, medida que lo encamina a otro enfrentamiento con el gobierno del presidente Joe Biden en el tema de la migración.
Abbott hizo el anuncio en una habitación llena de jefes de policía en la ciudad fronteriza de Del Rio, que construiría otro muro. Pero no indicó qué tanto erigirá Texas de muro adicional, en qué parte de los mil 930 kilómetros (mil 200 millas) de frontera del estado con México se instalará, ni qué aspecto tendrá. Prometió que la semana próxima se darán a conocer más detalles.
Un alto funcionario de uno de los condados fronterizos más grandes, Richard Cortez, juez del condado Hidalgo, dijo el viernes que cree que el objetivo es colocar nuevas barreras que le darían motivos a los agentes policiales estatales para arrestar a migrantes que las esquiven o las dañen, y luego encarcelarlos durante seis meses, contó AP.
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Renae Eze, portavoz de Abbott, no proporcionó el viernes más detalles acerca del plan para erigir el muro y refirió las preguntas sobre arrestos a una carta que Abbott y el gobernador de Arizona, Doug Ducey, mandaron a otros gobernadores el jueves, solicitándoles enviar sus propios elementos policiales a la frontera.
Sin embargo, la Corte Suprema federal ha especificado claramente que la autoridad para hacer respetar la ley de inmigración está en manos del gobierno federal.
«Si bien asegurar la frontera es responsabilidad del gobierno federal, Texas no se quedará de brazos cruzados a medida que esta crisis crece (…) las políticas de fronteras abiertas del presidente Biden han llevado a una crisis humanitaria en nuestra frontera sur a medida que niveles récord de inmigrantes ilegales, drogas y contrabando llegan a Texas», aseguró ante los asistentes a la Cumbre de Seguridad Fronteriza a la que convocó el pasado jueves.
La construcción de un nuevo muro «antiinmigrantes» en la frontera de más de 3.000 km entre México y Estados Unidos fue una de las principales promesas de campaña de Trump para las elecciones presidenciales de 2016, con el argumento de que protegería al país de los indocumentados, los delincuentes y los narcotraficantes.
«Promesa hecha, promesa cumplida», aseguró la Casa Blanca en enero, durante la visita de Trump a Texas con motivo de la finalización de más de 700 km del muro.
De hecho, un tercio de la frontera ya tenía un muro o barrera antes de que él asumiera el cargo, y las obras bajo su mandato han consistido principalmente en mejoras o refuerzos de las estructuras existentes.