Doce grandes clubes europeos, liderados por el Real Madrid, se rebelaron contra la UEFA y la Champions League tras anunciar la creación de la nueva Superliga.
La rebelión también la encabezaron el Manchester United, la Juventus, el Barcelona y el Liverpool. Luego se unieron el Atlético de Madrid, el Arsenal, el Tottenham, el Manchester City, el Chelsea, el Inter y el Milan. Es decir, seis clubes ingleses, tres españoles y tres italianos.
“Vamos a ayudar al fútbol a todos los niveles a ocupar el lugar que le corresponde en el mundo. El fútbol es el único deporte global en el mundo con más de 4.000 millones de seguidores y nuestra responsabilidad como grandes clubes es responder a los deseos de los aficionados”, indicó un comunicado divulgado a la medianoche del domingo por el Real Madrid.
Comunicado Oficial: Los principales clubes europeos de fútbol anuncian la nueva Superliga.#RealMadrid
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) April 18, 2021
Diversos líderes europeos y jugadores se han pronunciado en contra de la iniciativa, pues golpea a los equipos chicos. Emmanuel Macron, presidente de Francia calificó a la Superliga como “una amenaza al principio de solidaridad y el mérito deportivo”. El primer ministro británico, Boris Johnson, también mostró su desacuerdo, a pesar de que seis de los clubes disidentes son de las islas: “Apoyamos a las autoridades del fútbol a tomar medidas”, dijo.
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, será el presidente de la nueva Superliga. Los vicepresidentes serán Andrea Agnelli, presidente de la Juventus y Joel Glazer, propietario del Manchester United.
El anuncio pone en jaque a la UEFA (Unión de Federaciones Europeas de Fútbol), instancia que organiza la Champions League y desata toda una guerra donde están en juego miles de millones de dólares. Los detractores catalogan al torneo como secesionista y elitista.
La batalla comenzó a pocas horas de que el Comité Ejecutivo del organismo que rige el fútbol europeo presentara su nuevo modelo de la Champions, con más partidos y más enfrentamientos entre los grandes. Por ahora el club París Saint Germain (PSG) no se ha sumado a la componenda. Tampoco lo han hecho los equipos alemanes Bayern de Múnich y el Borussia Dortmund.
Según los estatutos, la Superliga contaría con los 12 clubes fundadores que nunca descenderían, más otros tres equipos invitados a este grupo. Otros cinco que se clasificarían cada año. Si el PSG, el Bayern y el Dortmund deciden sumarse, también podrían gozar del privilegio de no descender.
Los 20 equipos de la nueva competición quedarían divididos en dos grupos de 10, con partidos a ida y vuelta. Los tres primeros de cada grupo pasarían al sistema de eliminatorias a ida y vuelta a partir de cuartos de final. Según el sistema, los cuartos y los quintos jugarían una eliminatoria para completar los ocho equipos de cuartos.
En síntesis jugarían 197 partidos por los 125 de la actual Champions League y ello redundaría en más dinero. Sin embargo, el proyecto de la UEFA para combatir a la Superliga contempla 225 partidos.
Para ello la Superliga europea consideró la creación de dos empresas con participación de los clubes fundadores para gestionar la competición y otra para la venta de los derechos de televisión.
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El fútbol genera tanto dinero que durante el primer año los equipos de la Superliga estiman repartirse de entrada 3.525 millones de euros. La competencia iniciaría en 2022. Además, se estiman otros 4.000 millones de euros por derechos de televisión.
Tal cifra se repartiría en un 65% para los clubes fundadores, otro 20% por méritos deportivos en la competición y un 15% por distribución comercial. Cada club recibiría unos 60 millones de euros por participar y el ganador recibiría algo más de 250 millones de euros, más del doble de lo que se lleva el ganador de la actual Champions League. La plataforma DAZN compraría los derechos de televisión.
Según los clubes separatistas ellos no tienen intención de abandonar las ligas nacionales. La competición se jugaría entre semana, salvo la final. Por ahora la FIFA anunció que está en contra, pero insta al diálogo.
La UEFA calificó el proyecto de la Superliga como insolidario y cínico. La guerra del fútbol europeo podría trasladarse a los despachos de la FIFA, la UEFA y ante los tribunales de justicia. Por ahora los jugadores de esos clubes podrían verse privados de representar a las selecciones de sus respectivos países en competencias que organice la UEFA como la Eurocopa.