El Grupo de Inteligencia SITE, encargado de monitorear el extremismo y el terrorismo en línea, alertó de un posible hackeo a la base de datos de la Fundación Bill Gates, la Organización Mundial de la Salud, los Institutos Nacionales de Salud y los grupos dedicados al combate del coronavirus.
Sin embargo, no pudieron verificar si los datos filtrados eran auténticos. La información se usó casi de inmediato para fomentar los intentos de piratería y acoso por parte de extremistas de derecha.
«Los neonazis y los supremacistas blancos capitalizaron las listas y las publicaron de manera agresiva en sus sitios», dijo Rita Katz, directora ejecutiva de SITE. «Utilizando los datos, los extremistas de derecha pedían una campaña de acoso mientras compartían teorías de conspiración sobre la pandemia de coronavirus. La distribución de estas supuestas credenciales de correo electrónico fue solo otro esfuerzo de una iniciativa de la extrema derecha, que lleva meses de meses de duración en la extrema derecha, contra el combate a la pandemia del COVID-19».
Los orígenes de la información filtrada no están claros, pero parece ser que el primer sitio en el que fue publicada es 4chan, un panel de mensajes conocido por sus comentarios políticos extremistas que incitan al odio.
Posteriormente se colgaron los datos en Pastebin, un sitio de almacenamiento de texto, en Twitter y en canales de Telegram.
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El informe de SITE, con sede en Bethesda, Maryland, señala que la mayoría de los de presuntos correos electrónicos y contraseñas eran del NIH, con 9,938. Le siguen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) -también de Estados Unidos- con 6,857 cuentas reveladas. Del Banco Mundial son 5,120. Mientras que de la OMS se identificaron 2,732 presuntas cuentas y contraseñas. Otras de las entradas supuestamente pertenecen a la Fundación Gates y al Instituto de Virología de Wuhan.
El incidente se convirtió en una tendencia en las redes sociales bajo el hashtag #GatesHacked para identificar al ataque.
Ante la consulta sobre la filtración de datos, la Fundación Gates dijo que están al tanto del incidente y negaron ser víctimas de un ciberataque . «No tenemos indicios de una brecha de seguridad en la fundación», dijeron en un comunicado oficial citado por The Washington Post, lo que pone en duda la autenticidad de los datos.
A su vez, el sitio de tecnología Motherboard dijo que los datos publicados formaban parte de una selección puntual de cuentas y contraseñas expuestas en otros ataques informáticos previos. Así que el análisis especula que una parte de esas claves podrían estar desactualizadas.
Por su parte, Robert Potter, CEO de la firma australiana Internet 2.0, dijo que los datos expuestos son reales, pero forman parte de un ataque informático previo que sufrió la Organización Mundial de la Salud en 2016. «Esta filtración de datos viejos solo busca alentar a otras personas a una agitación social en Internet, y no es el resultado de un ataque informático», agregó.
El incidente hizo que estallaran decenas de teorías conspirativas en torno a COVID-19 que incluyen el uso del HIV junto al coronavirus, la responsabilidad de Bill Gates en la pandemia, y el más conocido y popular de los últimos meses: el coronavirus salió de un laboratorio. Sobre este último, la OMS lo desmintió categóricamente.