El Departamento de Transporte de Florida (FDOT) anunció un nuevo retraso en la culminación del proyecto Signature Bridge, una megaobra que busca transformar el sistema vial en el corazón de Miami. Originalmente previsto para completarse en 2024, el cronograma ya se había sido extendido hasta 2027. Ahora, el FDOT estima que la fecha final se moverá nuevamente, esta vez hasta finales de 2029.
El proyecto forma parte de un esfuerzo conjunto entre el FDOT y la Greater Miami Expressway Agency, e involucra la renovación de la I-395, la SR 836 y la I-95, tres arterias clave en la movilidad del área metropolitana. Desde su anuncio en 2018, las obras han provocado desvíos, bloqueos de rampas y constantes interrupciones que afectan diariamente a miles de conductores.
El puente, que destaca por su diseño de seis arcos, es presentado por las autoridades como un nuevo ícono arquitectónico de Miami. Además de la infraestructura vial, se contempla la creación de espacios públicos debajo del puente, como corredores peatonales y áreas de esparcimiento para la comunidad de Overtown y otras zonas cercanas.
Aumento de presupuesto y críticas ciudadanas
Más allá de los inconvenientes viales, el anuncio del nuevo retraso vino acompañado de otra noticia poco alentadora: el incremento del presupuesto. El costo inicial del proyecto era de 818 millones de dólares, pero ahora se estima que alcanzará los 866 millones. Este aumento, junto con la prolongación del cronograma, ha intensificado el debate público sobre la eficiencia y pertinencia del proyecto.
Mientras los funcionarios estatales defienden la iniciativa asegurando que mejorará la movilidad y seguridad en el cruce conocido como Midtown Interchange, muchas voces en la comunidad expresan escepticismo. Las críticas abundan en redes sociales, donde usuarios califican el puente como una “pérdida de dinero” y lo comparan con los famosos arcos dorados de McDonald’s.
Algunos residentes cuestionan que los fondos públicos se destinen a grandes obras viales mientras persisten necesidades urgentes, como la expansión del transporte público o la crisis de vivienda asequible en la región.
Cathy Dos Santos, directora ejecutiva de Transit Alliance Miami, fue enfática al respecto. “Este retraso extiende un proyecto de cinco años a más de una década”, señaló a medios locales, agregando que el enfoque en megaproyectos viales es una señal de las prioridades equivocadas de los legisladores estatales, quienes a su juicio están desfinanciando opciones de transporte masivo más sostenibles.
Por su parte, el FDOT asegura que las obras incluyen mejoras cruciales, como una autopista elevada en la SR 836 con acceso directo a la MacArthur Causeway y nuevas rampas de conexión que reducirán movimientos de entrecruzamiento entre vehículos. Estas medidas, afirman, aumentarán la seguridad vial en un área con alto volumen de tráfico.
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Sin embargo, el organismo no ha ofrecido detalles sobre cómo el nuevo cronograma afectará la congestión actual. En su sitio web, advierten que condiciones climáticas adversas u otros imprevistos podrían generar aún más demoras.
Mientras tanto, la comunidad sigue esperando respuestas concretas. A medida que los años pasan y los plazos se alargan, la pregunta que persiste entre los residentes de Miami es cada vez más sencilla, pero también más urgente: ¿cuándo terminará realmente el Signature Bridge?