La esposa del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo denunció este miércoles que el régimen de Nicolás Maduro le impidió reconocer el cuerpo del militar fallecido hace 12 días bajo custodia de la inteligencia militar del gobierno venezolano. El cadáver será enterrado directamente y bajo custodia oficial en el cementerio del Este en Caracas. La orden de liberación del cuerpo fue emitida por el Tribunal 36 de Control del área metropolitana de la capital venezolana.
“Denuncio el procedimiento ilegal que está haciendo la morgue de Bello Monte, la cual hará entrega de forma controlada del cuerpo de mi esposo, así como lo hicieron con Óscar Pérez”, dijo Waleswka Pérez en un mensaje de vídeo compartido en Twitter.
DENUNCIO la entrega controlada del cuerpo de mi esposo el C.C RAFAEL ACOSTA. #nomastorturavzla #ayuda #venezuela #acostaarevalo @TAMARA_SUJU @GiselaMatamoros @fdelrinconCNNE @medinaroaalonso #DDHH #JUSTICIA pic.twitter.com/zPyojlTlJ3
— Waleswka Perez de Acosta (@waleswka77) July 10, 2019
Los accesos a la Morgue de Bello Monte donde se preparó el cuerpo de Acosta Arévalo, fueron tomados por efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), así como el ingreso al Cementerio de La Guairita, un camposanto privado ubicado en el este caraqueño.
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El ingreso de los medios de comunicación al cementerio fue impedido por efectivos de la PNB y funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), brazo policial cuya disolución inmediata fue recomendada en el reciente informe de derechos humanos de Naciones Unidas sobre Venezuela.
El régimen detuvo al capitán Acosta Arévalo, de 50 años, acusándolo de participar en un complot contra Maduro. Su esposa dijo que un día antes de su muerte fue presentado en los tribunales en silla de ruedas y mostrando graves signos de tortura. “No hablaba, solo pedía auxilio a su abogado. Lo torturaron mucho. Tanto, que lo mataron”, comentó.
El informe de la autopsia del militar reveló los efectos de la tortura y que probablemente murió de una brutal paliza. Los forenses hallaron según su informe “dieciséis costillas, el tabique nasal y un pie rotos; excoriaciones en hombros, codos y rodillas; hematomas en los abductores, lesiones similares a latigazos en la espalda y signos de pequeñas quemaduras en ambos pies, que se presumen de electrocución”.
La causa de la muerte fue un edema cerebral fuerte por una insuficiencia respiratoria aguda, debido a rabdomiólisis por politraumatismo generalizado.