En una conferencia de prensa que se encargó de enumerar los daños a la ciudad por las protestas y los saqueos, el alcalde Jim Kenney y la comisionada Danielle Outlaw fueron muy claros en algo: «no toleraremos violencia de ningún tipo».
Los funcionarios explicaron que varios incidentes ocurridos el lunes, entre los uniformados y manifestantes, serán puestos bajo investigación por la oficina de Asuntos Internos de la Policía.
Las autoridades principales desconocen el criterio del oficial a cargo a la hora de desplegar gases lacrimógenos para dispersar a las masas que entraron en horas de la tarde a paralizar la Interestatal 676.
«Hasta ahora lo que estamos investigando es si en efecto un patrullero estatal fue rodeado por manifestantes en I-676 la tarde del martes y la respuesta de los oficiales a cargo. Estamos evaluando evidencia y no vamos a permitir que por algunos se desestime la labor que llevamos haciendo desde hace un tiempo», agregó Outlaw.
Durante la manifestación de este lunes que llevó a cerrar la interestatal 676, los funcionarios usaron el gas lacrimógeno como «un medio para difundir de manera segura una situación volátil y peligrosa», dijo la comisionada.
Las multitudes en la carretera interestatal 676 también llevaron al cierre del puente Benjamin Franklin, el enlace principal desde el centro de Filadelfia hasta los suburbios de Nueva Jersey.
«Mientras estaban en la carretera, la multitud rodeó a un policía estatal, que estaba solo y sentado en su vehículo, y comenzó a mecer el vehículo, y el policía no tenía medios seguros de salida», dijeron Outlaw y Kenney, en un comunicado conjunto. lanzado el lunes por la noche.
«Continuaremos evaluando la idoneidad de todas las aplicaciones de fuerza, y haremos determinaciones según lo dicten las circunstancias de cada situación única», agregó Outlaw.