¿Los Estados Unidos están divididos? Es probable que así sea y Donald Trump, los demócratas y los propios correligionarios del Presidente hicieron un máximo esfuerzo al aprobar con una mayoritaria votación en la Cámara Baja que el magnate derivado en Jefe de Estado sea llevado a un juicio político.
Desde el punto de vista científico en términos de opinión pública, la nación está profundamente dividida en el caso donde se juzgará a Trump por supuestos de “abuso de poder” y “obstrucción según una investigación del Congreso”. De acuerdo a Five Thirty Eight, el prestigiado sitio especializado en encuestas de los Estados Unidos, Donald Trump llegó a la histórica noche de su “impeachment”, con 47.4% de ciudadanos quienes creen que hay méritos para enjuiciarlo contra 46.3% quienes defienden la inocuidad de sus acciones.

Muchas veces repetido anoche por el mar de voces en el escenario de la Cámara de Representantes en pleno, la nación presenció un momento histórico, porque Donald Trump se unió al pequeño club de presidentes -incluyendo a Andrew Johnson y Bill Clinton- para ser impugnado aunque seguiendo en el cargo.
Pequeñas disidencias
Los legisladores votaron 230 a 197 sobre la resolución que acusa a Trump de abusar de su poder, con todos los republicanos en contra y sólo dos demócratas unidos al bando conservador. Collin Peterson, el representante de Minnesota; y Jefferson Van Drew, de Nueva Jersey, cruzando el pasillo en disensión. El representante por Hawai, Tulsi Gabbard, un candidato presidencial demócrata, votó “presente”.
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El segundo artículo, que alegaba obstrucción, fue aprobado en líneas muy parecidas, con los legisladores votando 229-198 aprobándolo y Gabbard nuevamente votando “presente”. Los republicanos fueron de nuevo unánimes en rechazar la medida, mientras que un tercer demócrata, el representante Maine, Jared Golden, se unió a Peterson y Van Drew en la oposición.
La dama de la noche
Trajeada de negro como probable ícono de la lúgubre ocasión, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, enmarcó la maniobra constitucional como una obligación del Congreso – el remedio que ofrece la Carta Magna para proteger a las instituciones democráticas de Estados Unidos de un presidente sin ley que buscaría ayuda extranjera para influir en las elecciones de Estados Unidos.
“Si no actuamos ahora, seríamos negligentes en nuestro deber”, dijo Pelosi.
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“Es trágico que las acciones imprudentes del presidente hagan necesaria una impugnación”, agregó. “No nos dio otra opción”.
En el ojo del huracán
Anoche cuando se aprobó el impeachment, las voces de los políticos parecieron ignorar los hechos alcanzados mediante las investigaciones. La escena se cubrió de frases que citaban a los padres fundadores, aspectos religiosos de la cristiandad y hasta Pearl Harbor y a Maya Angelou flotaron en la nube retórica.

Sin embargo lo que irá al Senado, escenario que se vaticina replicará lo ocurrido anoche, es que a principios de este año, Trump y sus aliados presionaron a los líderes ucranianos para que abrieran dos investigaciones que podrían haberle ayudado políticamente: una sobre el hijo del ex vicepresidente Joe Biden, un aspirante a la presidencia en 2020; y otra sobre las teorías desacreditadas de que fue Kiev, y no Moscú, quien se había inmiscuido en las elecciones de 2016. En medio de esa campaña de presión, la administración retuvo temporalmente casi 400 millones de dólares en ayuda estadounidense a Ucrania, que está luchando contra la agresión rusa en el este del país.