Las investigaciones no se detienen. Científicos descubrieron que existe una fuerte correlación entre la mala calidad del aire y altas tasas de trastorno bipolar, esquizofrenia, trastornos de personalidad y depresión mayor.
Expertos analizaron los datos de 151 millones de personas en Estados Unidos y 1,4 millones de personas en Dinamarca, y arrojó ese resultado, aunque este sugiere que existe un vínculo, pero no que la contaminación sea la causante.
Cuando el equipo examinó las reclamaciones de seguros de salud en Estados Unidos encontró que el predictor más fuerte de ser diagnosticado con trastorno bipolar, después de la etnia, era la calidad del aire.
Estudios previos han descubierto una correlación entre áreas contaminadas y adolescentes con experiencias psicóticas.
¿Cómo podría afectar la contaminación al cerebro?
Algunos de los contaminantes más pequeños, las partículas conocidas como PM2.5, pueden atravesar la barrera hematoencefálica y afectar potencialmente al cerebro. Otra posibilidad es que una mayor inflamación en el cuerpo, que se sabe que causa la contaminación del aire, puede encender la respuesta al estrés del cerebro.
Una tercera posibilidad es la contaminación que causa cambios epigenéticos, que afectan la actividad del ADN, y tal vez conduzcan a niveles alterados de químicos cerebrales.
John Ioannidis, miembros de la Universidad de Stanford, en PLOS Biology, consideró que si se llegara a descubrir que el aire contaminado está causando trastornos mentales, “abriría nuevas vías para la prevención y el tratamiento de las afecciones mentales”.
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Ioannidis precisó que las dos cosas clave que deben abordarse son los estudios que analizan la exposición al aire contaminado durante períodos de tiempo más largos y una resolución gográfica mucho mejor. Todo esto con la ayuda de personas que porten monitores de contaminación individuales. Dicha investigación está en marcha.
Reaccionan los expertos
Daniel Maughan, del Royal College of Psychiatrists, no participó en el estudio, pero comentó que este documento se basa en la creciente evidencia de un vínculo entre la contaminación del aire y el desarrollo de enfermedades mentales.
“Si bien el estudio no muestra que la contaminación del aire cause enfermedades mentales, sugiere que existe un fuerte vínculo entre la exposición temprana a la contaminación del aire y un mayor riesgo de desarrollar varias enfermedades mentales diferentes, como esquizofrenia, bipolar, depresión y trastorno de la personalidad”, manifestó Maughan.
Maughan indicó que existen muchos factores ambientales que podrían contribuir a la mala salud mental de las personas que viven en áreas de alta contaminación, “como la densidad de población y la disminución del acceso a los espacios verdes, por lo que es difícil aislar la mala calidad del aire como la causa de enfermedad mental”.
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La sociedad y el mundo agradecerían más investigaciones como esta, que ayuden a aumentar la comprensión de cómo las toxinas en el aire interactúan con el cerebro, cómo eso podría afectar el funcionamiento de este y cómo se podrían desarrollar las enfermedades mentales.