En su primera aparición pública como jugador del Real Madrid, el delantero francés Kylian Mbappé dijo todo lo que se había reservado durante los últimos meses, cuando el Paris Saint-Germain lo sentó en el banquillo con frecuencia al negarse a renovar su contrato. “Había cosas que me amargaban, pero no las podía decir porque soy un líder”, afirmó.
Mbappé inició su conferencia de prensa en la atestada sala de prensa del Stade Saint-Symphorien, en Metz, dejando en claro que solo hablaría del Real Madrid en su introducción y que lo que quería era centrarse en su selección que en dos debuta semanas ante Austria en la Eurocopa de Alemania.
No obstante, transcurridos algunos minutos del encuentro con los medios de comunicación, el capitán de Francia se desahogó ante los periodistas y ajustó cuentas pendientes con Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG.
“He jugado mucho menos este final de temporada y todo el mundo sabe por qué”, manifestó el delantero sin citar el nombre del dirigente. Desde que en el verano de 2023 estuvo apartado unas semanas del equipo por negarse a renovar, el pulso entre Al-Khelaifi y Mbappé no ha aflojado.
En el trayecto final de temporada, cuando se daba por sentado que no iba a prolongar su estadía en el PSG, la estrella francesa jugó menos de lo habitual en el campeonato local.
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Durante la rueda de prensa de este martes 4 de junio, el propio jugador dio a entender que se trataba de una decisión exclusiva de la alta dirección del equipo parisino y aclaró que el entrenador del equipo, Luis Enrique Martínez, y del consejero deportivo, el portugués Luis Campos, tuvieron un papel mediador.
“Ellos me han salvado, sin ellos no habría puesto un pie en el terreno de juego. Esa es la verdad y siempre he tenido ese agradecimiento por lo que hicieron por mí”, aseveró.
El delantero aseveró que no intenta “morder la mano que le ha dado de comer” durante los últimos siete años, pero reconoció que había “cosas en el club” que le hacían infeliz.
Debido a todos los afrentas con las que tuvo que lidiar, estimó que la temporada que acaba de terminar ha sido “la mejor de su carrera”, aunque sus 44 goles estén “algo por debajo” de su media.
Mbappé intentó relativizar la presión que dice haber sufrido durante los últimos meses dentro del PSG y se reconoció como un privilegiado. “Me educaron para no lamentarme, me pagan mucho por jugar al fútbol, algo que es mi pasión, mientras que hay personas que tienen que levantarse para ir a la fábrica y tiene un trabajo duro”, refirió.
Sin embargo dijo que “lo que he vivido, no se lo deseo a nadie”.
Agradecimiento al jefe blanco
En su prólogo sobre el Real Madrid en el que no hubo derecho a preguntas, Mbappé abundó en “el orgullo y el alivio” de vestir finalmente la camiseta blanca, tras tres fallidas intentonas en el pasado, y se acordó del jefe blanco.
“Agradezco a todas las personas del Real Madrid que han trabajado en esta transferencia, sobre todo a Florentino Pérez, que ha confiado siempre en mí desde el primer día”.
En la capital española el francés prometió una actitud “humilde” y destacó los mensajes de felicitación que ha recibido de algunas leyendas madrilistas como Iker Casillas, Sergio Ramos (con el que jugó dos temporadas en el PSG) y Cristiano Ronaldo (su ídolo de la adolescencia).
“Creo que un hombre feliz tiene más probabilidades de jugar bien que uno infeliz. Ahora estoy muy contento, pero la sonrisa no hará ganar partidos. Hay que estar preparados, y yo, el primero”, puntualizó.