Los rostros de los manifestantes del Capitolio dieron la vuelta al mundo. Las fotografías mostraban los daños que cometieron en la sede del Congreso, otras mostraron sus desfiles con la bandera confederada o sentados en la oficina de la presidenta del Senado.
Pero, ¿quiénes son? La prensa estadounidense se ha encargado de darle nombres a estos partidarios de Donald Trump, pues, además no es la primera vez que forman parte de mítines a favor del republicano de Nueva York.
– Richard Barnett, el hombre del escritorio-
Originario de Arkansas (sur), este sexagenario con un fuerte acento sureño irrumpió en la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi en el Capitolio.
Es “mi oficina”, dijo el miércoles al canal local KFSM 5News. “Yo soy un contribuyente. Soy un patriota. No es su oficina. Se la hemos prestado”.
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Conocido localmente por manejar un grupo de Facebook a favor de las armas, 2A NWA STAND, Richard Barnett afirma que se halló en esta oficina por casualidad.
Apodado “Bigo”, el hombre dejó antes de irse una nota insultante dirigida a Pelosi.
– Jake Angeli, el de cuernos de bisonte –
Con el torso desnudo y una cofia amerindia con cuernos de bisonte, este «guerrero espiritual» -como se describe a sí mismo- fue visto en muchas protestas pro-Trump.
Originario de Arizona, se presenta como «un soldado digital de QAnon», el movimiento conspirativo que ha hecho de Trump un héroe y que considera la intrusión del miércoles un triunfo.
– Matthew Heimbach, el militante neonazi –
Fotografiado junto a Jake Angeli, este hombre de 29 años, rostro redondo, anteojos sin montura y tapaboca azul es calificado por el Southern Poverty Law Center, un observatorio de grupos extremistas, como «el rostro de una nueva generación de nacionalistas blancos».
Se le considera uno de los organizadores del mitin de extrema derecha en Charlottesville (Virginia), en agosto de 2017, al margen del cual una mujer fue asesinada por un simpatizante neonazi.
– Adam Johnson, el del podio –
Sorprendido por la cámara cuando se llevaba el podio de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, este treintañero que llevaba una gorra de Trump hizo un gesto amistoso al fotógrafo, todo sonrisas.
Por el momento su esposa, una médica, es quien está pagando las consecuencias. Ahora los numerosos sitios que hacen referencia a ella están inundados de mensajes sarcásticos sobre el vandalismo en el Capitolio del marido.
– Ashli Babbitt, la mujer que murió –
Fue la primera víctima conocida de la violencia del miércoles. Es californiana, conspirativa y «libertaria», según su cuenta en Twitter, Babbitt creía que la marcha a favor de Donald Trump en Washington sería como una «tormenta» que sacaría al país «de la oscuridad».