La resistencia antimicrobiana (RAM) es responsable directa de 1,3 millones de muertes e indirecta de otros cinco millones de decesos cada año. Pero, se puede combatir de distintas maneras.
Descubiertos hace un siglo, los antimicrobianos revolucionaron la medicina, prolongando la esperanza de vida. Hoy, estos fármacos siguen salvando millones de vidas a diario. Sin embargo, la resistencia a los antibióticos amenaza con revertir este avance, poniendo en riesgo los tratamientos médicos modernos.
Surge cuando microorganismos desarrollan la capacidad de resistir los medicamentos diseñados para combatirlos. Esta resistencia hace que las infecciones sean más difíciles de tratar, aumentando el riesgo de complicaciones graves, discapacidad e incluso la muerte, según la OMS. En otras palabras, los medicamentos que antes curaban enfermedades ahora se vuelven inútiles.
En Estados Unidos la creciente resistencia a los antibióticos es una preocupación importante, señaló la Clínica Mayo. «Los antibióticos son medicamentos importantes que tratan infecciones causadas por bacterias. Gran parte de esta creciente resistencia se debe al mal uso de los antibióticos. Estos gérmenes resistentes a los antibióticos, que también se conocen como supergérmenes, ya no responden a estos fármacos. Esto hace que las infecciones sean difíciles o imposibles de tratar», destacó la institución.
Los antimicrobianos incluyen los antibióticos, antivirales, antifúngicos y antiparasitarios.
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¿Por qué sucede?
- Uso excesivo o mal uso de antibióticos, especialmente cuando no es necesario. «La prescripción excesiva por parte de los proveedores de atención médica y los cursos de tratamiento incompletos pueden contribuir a la resistencia», señaló la OMS
- Uso agrícola: cuando el ganado recibe antibióticos para promover el crecimiento y prevenir enfermedades puede generar cepas resistentes que afectan a los seres humanos
- Saneamiento e higiene inadecuados: especialmente en los centros de atención de salud y las comunidades
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), al menos el 28% de los antibióticos recetados en situaciones ambulatorias, como consultas médicas y servicios de urgencias, son innecesarios. Además, los antibióticos de amplio espectro, que actúan sobre muchos tipos de bacterias, tienen más probabilidades de provocar resistencias que los que actúan sobre menos tipos.
Según John Barbieri, dermatólogo del Brigham and Women’s Hospital de Boston, los dermatólogos recetan más antibióticos que los profesionales de cualquier otra especialidad médica, especialmente a personas con rosácea o acné.
Los estudios científicos indican que, cuando un médico prescribe un antibiótico, recetar el tratamiento más corto posible puede ayudar a reducir significativamente el riesgo de que las bacterias desarrollen resistencia a ese medicamento. Sorprendentemente, en muchos casos, estos tratamientos más cortos son igual de efectivos que los más largos.