De cero a 100 kilómetros por hora en 4.6 segundos es una de las silenciosas sensaciones que disfrutarán los propietarios del deportivo Qiantu K50, un exuberante biplaza próximo a llegar al mercado de los Estados Unidos.
La historia de la industria automotriz que tiene como coprotagonistas a estadounidenses y chinos, ya da cuenta de una cantidad importante de ensambladoras de vehículos eléctricos con sede en América y financiadas por el Gigante Asiático: Atieva, Faraday Future y Nextev .
Y ahora en pleno apogeo de una guerra arancelaria, los empresarios se las ingeniaron para hacer negocios, por lo que compañías de EV con base en China, como BYD y ahora CH-Auto Technology, con su marca Qiantu Motors, ingresará al mercado estadounidense en sociedad con la californiana Mullen Technologies.
En noviembre de 2018, el presidente de Qiantu, la marca del Dragoflyer (libélula) cromado, visitó Mullen Technologies y sostuvo negociaciones preliminares.
Desde entonces, las discusiones han resultado en un acuerdo de cooperación firmado, donde las dos partes declaran su deseo de colaborar y que pretenden que Mullen Technologies homologue, monte y comercialice exclusivamente el Qiantu K50 en América del Norte.
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El elegante coupé posee la aerodinámica de la punta de una lanza y en sus guardapolvos delanteros, en bajo relieve, se muestra la forma de una filosa alabarda que cortará con dulzura la sinuosidad de los caminos.
Qiantu K50 eléctrico, es la lustrosa pieza automotor que el fabricante Qiantu Motor junto a la compañía de vehículos eléctricos Mullen Technologies comercializará en Estados Unidos y que tiene previsto poner en vitrinas para 2020.
De acuerdo a las primeras notas de mercadeo su precio será “sorprendentemente asequible”, ya que se fabricará en tierra estadounidense, lo que permitirá eliminar los aranceles comerciales.
De acuerdo a filtraciones industriales se ha conocido que el Quiantu K50 costará alrededor de US$ 108 mil, precio que comparable al Tesla Model S es sumamente más económico.
Más que un coupé, un “roadster”
Las demostraciones de amor por los eléctricos ya a estas alturas se tornan empalagosas.
Argumentos nacidos de la responsabilidad de cuidar al planeta, el altruismo que muchos miles de dólares requiere para una conciencia limpia y la moral militante han hecho que los compradores olviden que manejar es un placer.
Qiantu K50 no solo va a ser un biplaza embrionariamente chino, sino que devolverá al mercado estadounidense con la ayuda de Mullen Technologies, la alegría de conducir un “roadster” en toda la extensión de la de la palabra.
Un automóvil “roadster” es biplaza y descapotable, en líneas simples describe la esencia de la conducción. Además la marca de la “libélula cromada” lo ha llevado a otro nivel.
Un vidrio frontal que corta el impacto del viento y permite al conductor gozar del aire libre; además solo posibilita la compañía a una persona nada más.
El Qiantu K50 es un deportivo eléctrico de dos plazas fabricado en fibra de carbono y aluminio.
Sus dos motores eléctricos ofrecen una potencia conjunta de 300 kW (402 CV).
La salida combinada es de 408hp y 650nm otorgan al “roadster” una velocidad máxima de 200 kilómetros por hora y la marca de 0-100 se logra en 4.6 segundos.
Su autonomía por carga es de 300 kilómetros. No hay datos aún sobre las especificaciones de la batería.
Este “ligero” bólido de fibra de carbono y aluminio posee un sistema óptico incrustado en una parrilla semicircular, de donde salen poderosos haces de luz de unas bóvedas avellanadas.
El ensamblaje se realizará íntegramente en Estados Unidos.
Muy poco componentes serán importados de China directamente para ser ensamblados, mientras que otros serán de origen estadounidense.
Esta estrategia derivará en un ahorro en aranceles de importación que hará que el precio final del carro sea “sorprendentemente asequible”.
El origen de Qiantu K50
El Qiantu K50 debutó en el Auto Show de Shanghai del año pasado. La compañía que fabrica los autos se llama Qiantu Qiche, que literalmente se traduce como “Future Auto”. La empresa anunció que comerciará bajo el nombre inglés “Qiantu Motor”.
Qiantu Motors erigió una nueva fábrica en la ciudad de Suzhou en la provincia de Jiangsu. Tiene una capacidad anual inicial para ensamblar 50 mil automóviles y una capacidad eventual de 500 mil “vehículos de nueva energía”.
Hace dos años el fabricante chino se planeaba la producción de los primeros prototipos del K50, siguiendo la estrategia de Tesla de crear un modelo de lujo para financiar el desarrollo de una gama de productos asequible.
Por su parte, Mullen ha estado trabajando para llevar al mercado el Mullen 700e, un sucesor de la limusina eléctrica de Coda, que quebró en 2013.
En 2018, y tras varias negociaciones, ambas empresas han firmado un acuerdo de cooperación por el que se comprometen a colaborar con el objetivo de que Mullen homologue, ensamble y comercialice el K50 en Estados Unidos a partir de 2020.
Mullen comenzará a aceptar las reservas de las primeras unidades, en número limitado, a partir del año que viene.
De las ventas y la distribución se encargará Mullen Technologies, que también es propietaria de Mullen Auto Sales, una cadena de concesionarios de automóviles que está creciendo muy rápidamente y en los que estará presente el K50.
De forma complementaria, también contarán con la plataforma digital de compra-venta de automóviles Carhub.