El Congreso de Florida aprobó un proyecto de ley que prohibiría a cualquier persona menor de 16 años en el estado tener cuentas en ciertas plataformas de redes sociales, una iniciativa objetada en un momento en que Estados Unidos se interroga sobre el impacto de los gigantes de internet en la juventud.
El pasado 22 de febrero la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley HB1 por 108 votos a favor y siete en contra, según los registros en línea y unas horas después de que el Senado le diera su visto bueno con una mayoría de 23 votos a favor y 14 en contra.
La ley HB1, o de Protección de Menores en Internet, obligaría a algunas plataformas de redes sociales a verificar la edad de los titulares de las cuentas, prohibiría a los menores de 16 años crear una nueva cuenta y cancelaría las cuentas de cualquier persona que crean que es menor de 16 años, utilizando métodos para verificar la edad de los usuarios.
Ahora la ley se dirige al escritorio del gobernador Ron DeSantis, que podría firmarla o vetarla pues ha manifestado con anterioridad que el proyecto aún necesitaba modificaciones, pero también ha hablado acerca de sus creencias de que los padres deben tener un papel en este proyecto de ley.
El gobernador ha defendido en numerosas ocasiones que los padres debían tener un mayor control sobre las decisiones que afectan a sus hijos, por ejemplo en la enseñanza.
“Por mucho que creo que es perjudicial tener a la gente en estas plataformas de redes sociales durante cinco o seis horas al día, un padre puede supervisar a un niño para que lo use con más moderación”, dijo DeSantis en una conferencia de prensa el mismo día de la aprobación del proyecto de ley.
El gobernador agregó que está trabajando para asegurarse de que hay un papel para los padres y que tienen derecho a optar. “Y yo soy un crítico de las redes sociales, pero tengo que mirar esto desde la perspectiva de los padres”, acotó DeSantis.
En pro y en contra
La mayoría de estas redes sociales exigen una edad mínima de 13 años para abrir una cuenta, aunque no hacen mucho por garantizar que se cumpla esta disposición.
El proyecto va dirigido a aquellas plataformas que rastrean la actividad de sus usuarios, permiten subir contenidos y tienen un diseño con características adictivas.
Sus promotores denuncian los peligros de las redes para la salud mental de los jóvenes, así como su uso para actividades dañinas como el ciberacoso.
“Estamos hablando de negocios que usan funciones adictivas para manipular masivamente a nuestros niños y causarles daño”, declaró la senadora Erin Grall una de las impulsoras de la ley.
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Mientras, los legisladores opuestos a esta iniciativa alegan que, aunque las redes sociales pueden ser peligrosas, son los padres y no las autoridades quienes deben supervisar el uso que hacen los menores.
Otros críticos de la ley también consideran que vulneraría la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que garantiza la libertad de expresión.