La Florida International University (FlU) será parte de un equipo internacional de científicos que lanzó la Operación Pangolín, una iniciativa que comenzó en África y que tendrá seis años de duración durante los cuales se pretende salvar este mamífero salvaje que es el más traficado del mundo.
“Sin una acción de conservación urgente a escala global, las ocho especies de pangolines se enfrentan a la extinción”, comentó el jefe del proyecto, Matthew H. Shirley, del Centro Forense y de Justicia Global de FIU.
Shirley, quien también es copresidente del Grupo de Especialistas en Pangolines de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), dijo que esta iniciativa llegó en vísperas del Día Mundial del Pangolín, que se celebró el tercer sábado de febrero con el objetivo de concienciar sobre el peligro de extinción de este extraño mamífero que vive en África y Asia.
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La Operación Pangolín cuenta con un respaldo financiero inicial de cuatro millones de dólares de la estadounidense Fundación Familia Paul G. Allen, y fue lanzada en Camerún y Gabón con el propósito de expandirse a Nigeria y eventualmente a Asia en 2027.
En un comunicado la FIU indica que la iniciativa generará datos necesarios para elaborar las estrategias de conservación y ayudar a implementarlas en África Central.
El pangolín es uno de los animales menos estudiados del mundo y tampoco se sabe mucho del comercio ilegal de estos mamíferos apreciados por sus escamas y carne.
La principal amenaza, tanto en Asia como cada vez más en África, es la caza furtiva para el tráfico internacional de vida silvestre. Se han incautado suficientes escamas de pangolín en la última década para dar cuenta de al menos un millón de pangolines.
Además se calcula que al menos 250.000 pangolines son sacados cada año de los bosques africanos y asiáticos para los consumidores de China, Vietnam e incluso Europa occidental y los Estados Unidos.
“La Operación Pangolín es una oportunidad para cambiar la estrategia de conservación de los pangolines y otros animales salvajes amenazados por el comportamiento humano ilícito”, dijo Shirley.
El equipo está desarrollando kits de herramientas tecnológicas para el monitoreo y la recopilación de datos del pangolín, como un primer paso para evitar la extinción de estos mamíferos evolutivamente distintos y en peligro.
“Los datos precisos y procesables son la base de los esfuerzos de conservación efectivos”, dijo Gabe Miller, director de tecnología en nombre de la Fundación Familia Paul G. Allen.
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Shirley señaló, por su parte, que lo que el grupo científico está tratando de hacer es “poner fin a la desconexión entre los datos y la toma de decisiones para los pangolines y, en el proceso, desarrollar herramientas que puedan adaptarse a las aletas de tiburón, el marfil de elefante y el cuerno de rinoceronte”.
Además de Shirley, participan Alasdair Davies, de Arribada Initiative; Dan Challender, de la Universidad de Oxford (Reino Unido); Meredith Gore, de la Universidad de Maryland, y Bistra Dilkina, de la Universidad del Sur de California.
El grupo trabajará en conjunto con Carla Louise Mousset Moumbolou y su equipo de la Agencia de Parques Nacionales de Gabón y Andrew Fowler y su equipo de la Sociedad Zoológica de Londres en Camerún.