Un equipo de investigadores de la Universidad Internacional de Florida (FIU), con sede en Miami, encontró una posible nueva forma de contrarrestar los efectos de la osteoporosis a partir de activadores de pequeñas moléculas administrados por vía oral.
El hallazgo científico publicado en fecha reciente en Communications Biology, es el primer paso hacia tratamientos menos costosos, más efectivos y fáciles de tomar para contrarrestar la osteoporosis y otras enfermedades asociadas con la pérdida ósea.
En la actualidad los medicamentos disponibles solo contienen la pérdida ósea y requieren costosas inyecciones diarias.
Los investigadores de la Facultad de Medicina Herbert Wertheim de la FIU, en trabajo conjunto con un equipo del Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Traslacionales (NCATS) y la Universidad de Ciencias Médicas de Arkansas, identificaron un método que puede suministrarse al paciente por vía oral y ayuda a las células productoras de hueso a producir más.

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La FIU refiere en un comunicado que cuando hicieron pruebas en ratones en el laboratorio observaron mejora en la densidad ósea. “Nuestros experimentos en el laboratorio mostraron que los activadores de moléculas pequeñas administrados por vía oral mejoran la densidad ósea, un descubrimiento emocionante que podría conducir a un nuevo tratamiento para la osteoporosis”, ha comentado en el comunicado Alexander Agoulnik, profesor de la FIU y presidente interino del Departamento de Genética Humana y Molecular.
Los especialistas explican que esencialmente los huesos siempre están en proceso de renovación pues las células productoras construyen tejido óseo, mientras que las que se alimentan de huesos lo reabsorben para evitar que se vuelvan demasiado grandes o voluminosos.
“Es un proceso delicado, y sale mal durante la osteoporosis cuando las células que fabrican huesos se vuelven más lentas y las células que comen huesos mantienen un ritmo constante”, explicó la FIU.
Un arduo proceso
Para ayudar a las células productoras de hueso a mantenerse al día, los investigadores se centraron en un receptor hormonal. El equipo sospechaba que el receptor también tenía algo que ver con el desarrollo óseo e investigaciones posteriores revelaron que así era.
El equipo de investigadores en primer lugar tuvo que identificar el compuesto químico adecuado para activar el receptor. El equipo de NCATS usó robots para detectar moléculas pequeñas, entre más de 80.000 compuestos diferentes y luego, los químicos probaron cientos de variaciones más hasta que encontraron la combinación correcta.
“Esto abre una nueva área de estudio que permite la aplicación clínica para prevenir o revertir la osteoporosis”, comentó María Esteban López, quien trabajó con Agoulnik en esta investigación como aspirante a doctora en ciencias biomédicas de la FIU.
Los investigadores creen que un nuevo tratamiento podría cambiar la vida de millones de personas y esperan con ansias la siguiente fase de esta investigación.
“Sin la colaboración, nunca hubiéramos encontrado el vínculo entre nuestros genes y el desarrollo óseo. Y la colaboración con NIH fue crucial porque son los mejores en el campo para buscar los compuestos correctos”, refirió Agoulnik.
Esta investigación fue respaldada por el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (Niams) de Estados Unidos.