El veterano policía Manuel “Manny” Morales con 28 años de servicio lo ha visto todo en la ciudad de Miami como patrullero, en la Unidad de Pandillas, de narcóticos y en la Unidad de Supresión del Crimen entre otras asignaciones.
A él nadie puede contarle historias sobre la violencia callejera porque la ha vivido en carne propia. Pero en los últimos cinco meses estuvo dedicado, como jefe interino, a reparar los entuertos que le dejó Art Acevedo, su controversial predecesor.
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Acevedo fue despedido el pasado mes de octubre tras enfadar a los comisionados de la ciudad con varias decisiones desconcertantes e incómodas declaraciones. Desde entonces “Manny” fue llamado como apagafuegos del Departamento de Policía de Miami (MPD) y se dedicó a sanar heridas internas.
Tras evaluar su desempeño durante los primeros 100 días, las autoridades le entregaron la batuta y lo designaron de manera oficial como jefe de la policía de la Ciudad de Miami.
Después de agradecer por su nombramiento al administrador de la ciudad, Art Noriega y al alcalde, Francis Suárez, Morales no perdió tiempo y anunció sus tres grandes desafíos. “Reducción de la violencia armada, restauración de la confianza de la comunidad y mejorar la moral y el bienestar de los oficiales”, comentó.
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“A finales de los 90, Miami todavía se recuperaba de la violencia de los días de los Vaqueros de la Cocaína. Teníamos un tiroteo todas las noches”, recordó. Ahora se propone junto a 1.300 oficiales bajo su mando reducir aún más la incidencia delictiva.
Manuel Morales ha sido jefe de todas las divisiones de la Policía de Miami. Una de ellas es la sección de Operaciones que es la más grande del Departamento. También fue supervisor de los equipos SWAT, de seguridad nacional y el escuadrón antiexplosivos. El actual jefe de la Policía de Miami estuvo al frente de las acciones para encarar las protestas y disturbios en Miami ocurridas luego de la muerte del afroamericano George Floyd.