El Papa Francisco instó a los fieles a mantenerse alejados de los chisme y el cotilleo, agregando que el chismorreo es “una plaga peor que el coronavirus” que puede usarse para dividir a la Iglesia católica.
El pontífice se desvió del texto preparado para su homilía dominical con la finalidad de redoblar su frecuente queja sobre chismes dentro de las comunidades eclesiásticas. Señaló que estos rumores ocurren dentro de la burocracia del Vaticano.
Francisco no dio detalles durante su bendición semanal del domingo 6 de septiembre, pero comentó que el diablo es el “chismoso mayor” que busca dividir a la iglesia con sus mentiras.
“Por favor, hagamos un esfuerzo por no criticar. La crítica es una peste peor que el covid; el diablo busca desunir a la Iglesia y sembrar discordia”, comentó.
No es la primera vez que Francisco hace comentarios tan fuertes sobre los chismes. Ya en 2016 advirtió a los sacerdotes y monjas que no alimentaran el “terrorismo de los chismes”, alentándolos a resistir la tentación de difundir voces e historias dentro de su comunidad.
Volvió al tema en noviembre de 2018 y les dijo a los peregrinos en la Plaza de San Pedro que el chisme mata “porque la lengua mata, como un cuchillo”, según un comunicado emitido en ese momento por Vatican News, el sitio web oficial de prensa de la Santa Sede.
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Los comentarios del Papa y la alusión al coronavirus se produjeron mientras hablaba sobre un pasaje del Evangelio. Este trata sobre la necesidad de corregir a los demás en privado cuando hacen algo mal. La jerarquía católica ha confiado durante mucho tiempo en esta “corrección fraternal” entre sacerdotes y obispos. De esta forma pueden corregirlos cuando se equivocan sin ventilar los problemas en público.
Sobrevivientes de abuso sexual han dicho que esta forma de reprimenda privada ha permitido que el abuso se agrave en la iglesia. Asimismo, han afirmado que tanto los sacerdotes depredadores como los superiores que los encubrieron han logrado escapar del castigo bajo este método.