El manager de los Padres de San Diego, Jayce Tingler, pagó los platos rotos de la frustrante campaña del equipo favorito para ganar la Serie Mundial.
Los fanáticos acusaban al estratega por los magros resultados y la gerencia acabó despidiéndolo tres días después de culminar la temporada regular.
El pasado mes de septiembre la franquicia aún era firme candidata para quedarse con el preciado anillo. Los frailes apostaron por los bates de Fernando Tatis Jr. y Manny Machado para que los llevaran por la senda del triunfo.
El gerente general A.J. Preller tras anunciar el despido del manager Tingler dijo que tendrá la oportunidad de permanecer dentro de la organización.
“Ha sido el honor y el privilegio de toda una vida dirigir a los Padres de San Diego y liderar a este grupo de hombres. Estoy realmente agradecido por la oportunidad y agradecido por los incansables esfuerzos de nuestros jugadores, entrenadores y personal de apoyo en los últimos dos años. Aunque estoy profundamente decepcionado por el hecho de que nuestra temporada haya terminado demasiado pronto, sé que este equipo tiene un futuro muy brillante por delante”, señaló luego Tingler en un comunicado.
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Para los fanáticos el destino del manager quedó sellado después de liderar las opciones para obtener el segundo comodín de la Liga Nacional y quedar eliminados a falta de siete juegos para terminar la campaña.
Tingler no tenía experiencia como manager, pero lo contrataron y le entregaron un equipazo. Con una nómina valorada en 175 millones de dólares, los Padres comenzaron bien la temporada, pero de pronto se desplomaron. Algunos atribuyeron la decadencia a problemas de egos que se trasladaron al clubhouse.
Lo cierto es que nadie se explica cómo se desinfló una de las plantillas más atractivas de toda la MLB. El monumental fracaso recayó en los hombros del manager. El sueño de Los Padres de San Diego acabó como una pesadilla.