La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su primera guía destinada a frenar la contaminación por antibióticos en la fabricación de esos medicamentos.
La resistencia a los antimicrobianos surge cuando microorganismos como bacterias, virus y hongos evolucionan y se vuelven inmunes a los medicamentos. Esta situación, impulsada principalmente por el uso inadecuado e indiscriminado de antibióticos, socava la eficacia de estos fármacos esenciales. La paradoja es que, mientras algunos abusan de los antibióticos, millones carecen de acceso a ellos. La OMS ha alertado sobre los riesgos de la contaminación por antibióticos, que podría volver inútiles incluso a los medicamentos producidos en instalaciones contaminadas, agravando aún más esta crisis sanitaria.
Puedes leer: En medio de las expulsiones de Medicaid, muchos estados deciden expandirlo
«Los desechos farmacéuticos de la fabricación de antibióticos pueden facilitar la aparición de nuevas bacterias resistentes a los medicamentos, que pueden propagarse globalmente y amenazar nuestra salud» dijo la doctora Yukiko Nakatani, subdirectora general de la OMS para la resistencia a los antimicrobianos en funciones. «El control de la contaminación derivada de la producción de antibióticos contribuye a mantener la eficacia de estos medicamentos que salvan vidas para todos».
Es un problema documentado, pero pobremente tratado. La OMS subrayó que «los consumidores no reciben suficiente información sobre cómo desechar los antimicrobianos no utilizados, por ejemplo, cuando los medicamentos han caducado o cuando se termina un tratamiento con antibióticos, pero les sobra medicamento».
De esta manera, la guía establece objetivos para reducir el riesgo de aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos.