Neuralink es una empresa futurista, parece sacada de un libro distópico de ciencia ficción, pero busca convertirse en realidad. Se trata de una interfaz cerebro-máquina fundada por Elon Musk, y recaudó US$205 millones en respaldo de empresas. Una hazaña increíble para cualquier startup, según Bloomberg, el volumen de la inversión es el mayor de la historia de las inversiones de capital riesgo en el desarrollo de neurointerfaces.
En una publicación en su blog el jueves, Neuralink dijo que la empresa de financiación privada Vy Capital con sede en Dubái había liderado la más reciente ronda de financiación. Se produce dos años después de presentaciones que mostraban que Neuralink estaba recaudando US$51 millones en una ronda anterior.
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¿Qué hará la empresa?
Con esos fondos se ayudará a Neuralink, con sede en Austin, Texas, a trabajar en su implante cerebral para tetrapléjicos, un dispositivo que con el tiempo también podría ayudar a otras personas con trastornos neurológicos. La tecnología podría ayudar a brindar a los pacientes «libertad digital» al permitirles interactuar con computadores y teléfonos.
El objetivo es implantar «chips» informáticos inalámbricos en el cerebro para también ayudar a curar enfermedades neurológicas como el Alzheimer, la demencia y las lesiones de la médula espinal, y fusionar a la humanidad con la inteligencia artificial.
El próximo paso serán los ensayos clínicos de su dispositivo en humanos, que hasta ahora se ha mostrado en cerdos y un mono que juega Pong.
No es la única empresa que experimenta en este campo, de hecho, su competencia más cercana Synchron, anunció los primeros ensayos en humanos para su propia interfaz cerebro-máquina esta semana.