Delfina Pignatiello, una de las grandes promesas de la natación argentina, llevó el debate a este país sudamericano sobre la salud mental que abrió Simone Biles en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
El jueves pasado, Pignatiello quedó última en la tercera serie de clasificación de los 800 metros libres disputados en la capital japonesa. Había quedado en la misma posición en la prueba de los 1.500 metros libres.
La nadadora hizo autocrítica ante las cámaras de televisión, pero no logró hacer frente a los numerosos ataques verbales recibidos desde las redes sociales, donde era muy activa.
«La gente es muy cruel y por más que ignore quiero cuidar mi salud mental por sobre todas las cosas», escribió Pignatiello el fin de semana antes de borrar algunas de sus cuentas digitales —como Twitter, Youtube y Twitch— y eliminar contenido de otras.
La nadadora de 21 años obtuvo tres medallas de oro en los Juegos Panamericanos de 2019. Sin embargo, no pudo mantener su rutina de entrenamiento de cara a Tokio: el cierre de las piscinas durante la extensa cuarentena decretada por la COVID-19 la obligó a entrenar en el jardín de su casa, en San Isidro.
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Durante esos meses recibió numerosos comentarios agresivos. Al principio los dejó pasar o usó el humor como respuesta, pero ante la insistencia se cansó y amenazó con abandonar las redes sociales.
«Recibí una gran cantidad de comentarios ofensivos en el vivo de hoy. También hubo comentarios en vivo sexualizándome y no me lo merezco. (No pude bloquearlos en el momento porque estaba entrenando). Una vergüenza y me siento decepcionada. No sé si seguiré haciendo vivos y menos entrenando. Gracias a todos los que me bancan y apoyan siempre», agregó.
La tenista Nadia Podoroska salió en su defensa. Este lunes, Podoroska hizo pública una carta en la que pedía respeto por los deportistas.
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— Nadia Podoroska (@nadiapodoroska) August 2, 2021