La cantante Marie Fredriksson, de 61 años, integrante del grupo Roxette, murió este lunes en Suecia, luego de luchar desde 2002 con un tumor cerebral.
La información fue confirmada por una integrante de su equipo de prensa, Marie Dimberg. “Con gran tristeza tenemos que anunciar que uno de nuestros artistas más grandes y queridos se ha ido”.
La enfermedad de Fredriksson fue descubierta el 11 de septiembre de 2002 cuando “comenzó el infierno”, según describió en una oportunidad la compositora.
Todo comenzó de manera paulatina. Primero empezó a olvidarse las letras de sus propias canciones, hasta que una mañana se desmayó en su propiedad y se encendieron las alarmas. Cuando se despertó estaba en un hospital y le dieron la dura noticia: tenía cáncer cerebral, reseñaron medios de comunicación.
Per GessleGessle, el otro integrante de la banda, también manifestó su pesar. “El tiempo pasa muy rápido. Parece que hace poco cuando Marie y yo nos sentamos en mi pequeño apartamento en Halmstad y compartimos sueños. ¡Y qué fantástico sueño tenemos para compartir! Gracias Marie, gracias por todo”.
Los médicos creían que la cantante no iba a sobrevivir mucho más que un año a partir de ese lamentable diagnóstico, pero sorprendió a todos, al enfrentarse a una gran dosis de medicamentos, sesiones de radioterapia y complejas operaciones.
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Durante 17 años el tumor fue tomando terreno. Experimentó secuelas en el ojo derecho, auditivos, motores, de orientación y de memoria.
Junto a Gessle, Roxette ha vendido 75 millones de discos y cuatro de sus singles llegaron al Nº 1 en el Billboard de los Estados Unidos. Fueron la primera banda de habla no inglesa en grabar un unplugged para MTV.
En 1986 grabaron su primer sencillo, Neverending Love, el cual estaría incluido en su primer álbum Pearls Of Passion. El sencillo fue el primer Top Ten del dúo en su país natal, dando paso a posteriores ediciones que lograron éxitos similares.
Uno de sus temas icónicos fue el que quedó relacionado para siempre a una película que también haría historia, Pretty Woman, en la que se escucha It Must Have Been Love, leit motiv de las escenas románticas y de buena parte de la historia que inmortalizaron Julia Roberts y Richard Gere.