Una niña de nacionalidad guatemalteca de 10 años de edad murió la noche del pasado miércoles tras ser atendida en un hospital de Ciudad de México. La pequeña fue trasladada a la clínica procedente de un centro de detención de inmigrantes situado en la capital mexicana.
Las autoridades del país azteca no informaron sobre la causa del fallecimiento y solo aseguraron que recibió atención médica tras tener “molestias en la garganta”, refiere un despacho de la agencia de noticias Associated Press.
La niña había sido trasladada el martes junto a su madre, a la estación migratoria de Iztapalapa desde el estado norteño de Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos, desde donde fueron trasladadas a la capital en autobús.
“Al momento de su llegada fue atendida por el médico de guardia. Estuvo en revisión a partir de ese momento y hasta su traslado al Hospital Pediátrico”, señaló en un comunicado el Instituto Nacional de Migración de México.
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Este caso evoca otras dos muertes de menores guatemaltecos ocurridas meses atrás en Estados Unidos. Un niño de ocho años falleció el día de Navidad en un hospital de Nuevo México mientras estaba bajo custodia de autoridades estadounidenses y unos días antes, una niña de siete años también de nacionalidad guatemalteca murió tras sufrir una grave deshidratación.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador endureció su política migratoria en los últimos meses. Después de permitir en enero del presente año la entrada de 12.500 centroamericanos miembros de una caravana migrante gracias a una visa humanitaria, el Ejecutivo mexicano casi ha triplicado el número de deportaciones.
Según datos del Instituto Nacional de Migración de México, en diciembre de 2018, el primer mes de López Obrador en la presidencia, fueron expulsados 5.717 migrantes frente a los 14.970 de abril de este año.
En lo que va de mandato de López Obrados han sido deportadas 45.370 personas, una cifra superior a la de la última etapa de Enrique Peña Nieto.