Las autoridades de la Ciudad de México descartaron la práctica de los funerales y de necropsias para personas fallecidas por COVID-19 y aseguraron que cuentan con espacios para realizar las potenciales “inhumaciones y cremaciones necesarias” que exija la emergencia.
El anuncio fue hecho durante la conferencia el “Protocolo para el manejo interinstitucional de personas fallecidas por sospecha o confirmación de COVID-19” dictada por la secretaria de Gobierno de la capital mexicana, Rosa Icela Rodríguez.
La funcionaria expuso que la emergencia sanitaria obliga a las autoridades y personal implicado en el manejo de cadáveres “a tomar medidas para extremar al máximo los cuidados a la hora de manipular los cuerpos“.
Precisamente sobre el manejo de cadáveres, apuntó que “serán entregados en bolsas especiales a los servicios funerarios y deberán permanecer cerradas y selladas”. Eso debido a que “el nivel de contagio de esta enfermedad permanece aún después de la muerte”.
“Por lo tanto se recomienda que en la Ciudad de México no se realicen velorios (funerales) y no se efectuarán necropsias, ni traslados de personas muertas por COVID-19 ni en la zona del Valle de México ni al extranjero”, apuntó.
En caso de que los familiares quieren llevar a cabo “una ceremonia de despedida“, estas reuniones no deberán exceder el número de 20 personas.
Rodríguez aseguró que el procedimiento se llevará a cabo bajo estrictas medidas sanitarias procurando al máximo el respeto a la dignidad humana y destacó que el Gobierno capitalino “cuenta con los espacios para realizar las inhumaciones y cremaciones necesarias” además de la agilización de los trámites obligatorios.
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Sobre éste último punto, explicó que ya se concretaron los acuerdos pertinentes con las empresas funerarias para atender la potencial demanda con servicios gratuitos en caso de ser necesario.
Por su parte, el consejero jurídico del Gobierno capitalino, Néstor Vargas, expuso que el protocolo prevé escenarios de defunciones en hospitales, domicilio y vía pública y para cada caso cuentan con un procedimiento de actuación sanitario y legal.
Explicó que en caso de que ocurra un deceso en domicilio, la Secretaria de Salud se encargará de supervisar la sanitización de la casa en donde ocurrió el deceso. Mientras que si ocurre en la vía pública, será la alcaldía donde ocurrió la muerte la encargada de sanitizar el lugar del fallecimiento.
“Una vez que se tomen y cumplan las medidas higiénico-sanitarias se trasladará a la persona fallecida para que sea inhumada o cremada, y en este último caso se entregarán las cenizas a familiares”.
Vargas indicó que el Registro Civil de la capital mexicana cuenta con cuatro juzgados cívicos encargados de extender los certificados de defunción, uno de ellos móvil, y que trabajarán las 24 horas.
Además cuentan con la disponibilidad de hornos crematorios en seis alcaldías, fosas para inhumaciones en los panteones de la capital y traslados previamente acordados con empresas funerarias.
Desde finales de marzo la secretaría de Salud de la Ciudad de México a través de la Agencia de Protección Sanitaria, inició la capacitación sobre el protocolo de manejo de cadáveres para las personas afectadas por el coronavirus a funerarias tanto del sector público como privado.