En el mundo del motor solían comentar que Max Verstappen está llamado a dominar la Fórmula 1 y los augurios terminaron por confirmarse.
Max Verstappen tenía solo 17 años, 5 meses y 15 días cuando hizo su debut en Fórmula 1 con Toro Rosso. En poco tiempo se convirtió en el piloto más joven en conseguir puntos. Lewis Hamilton, Nico Rosberg y Fernando Alonso vieron como aquel chico que no le gusta pisar los frenos se alejaba de ellos.
El pasado domingo 9 de octubre el genio precoz de la velocidad se coronó por segunda vez consecutiva campeón del mundo para revalidar tu título obtenido el pasado año para la escudería Red Bull. Tan sólo nueve días después de cumplir los 25 años, el piloto de los Países Bajos volvió a ganar bajo un torrencial aguacero. La carrera tuvo que ser suspendida durante dos horas.
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Algunos comparan a Mad Max con el fallecido Ayrton Senna, por sus cualidades innatas, pero no todo lo de Verstappen es natural. Desde los cuatro años ya conducía un quad. A esa edad y tras una competencia, su padre lo dejó botado en una gasolinera cuando iba camino a casa. Su madre, quien manejaba otro auto, recogió al chico. El campeón forjó su talento bajo la estricta tutela de su progenitor.
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“Nunca fui Mad Max, sólo soy Max y quiero ganar carreras”, comentó para renegar de su apodo. Después de la carrera de Suzuca atinó a decir: “No sé, al final qué decir… ¡es increíble!”.