El cuidador de un paciente que padece de alzheimer es una persona clave, tanto para la familia, como para el equipo médico que evalúa periódicamente las condiciones integrales de salud del enfermo.
El alzheimer es una enfermedad de carácter neurológico y degenerativo que afecta la memoria y otras importantes funciones mentales con implicaciones devastadoras en todo el sistema cognitivo.
Los pacientes requieren de un cuido muy cercano y diario, que se hace más intenso a medida que avanza la enfermedad. Una persona afectada por alzheimer puede olvidar comer, perder la conciencia sobre estar desnudo o vestido, abandonar el control de esfínteres y desactivar el habla y los recuerdos.
Sobre todos estas variables deben ser entrenados los cuidadores para que entiendan que la tarea en muy grande, que solo el amor dará fuerzas al pariente o amigo que la emprenda y que va a estar envuelto en un ciclo de dependencia mutua que generará grandes patrones de estrés.
Uno de los ángulos en el abordaje para la construcción de fortalezas en el cuidador familiar de un paciente con alzheimer es la paciencia.
Todo custodio ha de tener por entendido que encara a una enfermedad mental que hasta la fecha no ha logrado remisiones por lo que no debe crear expectativas de mejoras ni ilusionarse con ellas. Es probable que en ocasiones el paciente tenga episodios de lucidez, pero esos serán instantes y nada más.
Una gran ayuda para ganar templanza y concienciación sobre las circunstancias del alzheimer, es hacer un esfuerzo en recordar cómo fue la actividad de crianza de los hijos, para que aquellos cuidadores que son padres, o con un mayor denuedo traer del pasado las escenas de nuestro comportamiento cuando éramos niños.
Un paciente con alzheimer podría compararse con un niño y de allí que la paciencia será siempre una aliada.
Desde luego la infancia también implica recordar que hubo episodios de firmeza y benigna imposición, carácter que es necesario para poder manejar temas como el de la higiene, la dieta, el suministro de medicamentos y el control de evacuaciones, entre muchas de las tareas que a diario hay que realizar.
Recientemente tuvimos acceso a la narración de un cuidador que comparó a su paciente con su hijo cuando tenía tres años. “Las personas que sufren de alzheimer tiene comportamientos erráticos y pueden generar ciclos muy amplios, movimiento que esquivan la medición de un patrón”.
Nos narró que con 83 años su mamá recorre kilómetros durante una mañana caminando alrededor de la sala de la casa, haciendo breves pausas en el mobiliario, y andando sin descanso por todo el recinto.
“Así era mi hija cuando tenía tres años y caminar ya no le era suficiente. Se movía de un lado a otro. Hacía estaciones en sitios inimaginables y andaba sin parar por toda la casa con un silencio, que cuando se hacía perturbador, era porque estaba entretenida en un asunto que por lo general implicaba un riesgo”.
En el caso de que una familia desee contratar los servicios para el cuido en casa de un enfermo de alzheimer, ha de solicitar la cualidad de la “paciencia” en el profesional que brindará la ayuda. Un ejemplo satisfactorio está en los servicios de All American Home Care, una institución que tiene los mejores profesionales entrenados para esta actividad.
Conocer los servicios que presta es tan sencillo como visitar la página web de All American Home Care. También puedes acudir a su oficina en 3231 N 2nd Street, Filadelfia, PA 19140 o llamar al teléfono 215-531-7882.