Luego de padecer el paso de un intenso tornado que azotó el este de La Habana y dejó cuatro muertos y 195 heridos, los habitantes de la capital cubana limpian escombros y recuperan lo que queda de sus casas mientras las autoridades intensifican labores para restablecer la electricidad y el agua en los municipios afectados.
Los distritos de Regla, Guanabacoa, San Miguel del Padrón, Diez de Octubre y Habana del Este todavía muestran señales del paso de las ráfagas de viento de hasta 300 kilómetros por hora y en muchos lugares aún quedan coches volteados, postes y techos arrastrados hasta las calles por el vendaval.
Diez de Octubre fue una de las áreas más golpeadas por el tornado. Este distrito se ubica entre los municipios más poblados de La Habana, que a su vez es la región con mayor densidad de población en la isla (11,1 millones de habitantes).
Cientos de estudiantes universitarios y soldados de las Fuerzas Armadas ayudan a los damnificados a limpiar vías y viviendas en los cinco municipios habaneros, donde según estadísticas oficiales se han contabilizado 1.238 casas afectadas, de ellas 347 con derrumbes totales de paredes y techos.
Las consecuencias del paso del tornado agudiza la vulnerable situación de la vivienda en Cuba, donde existe un déficit de casi 1 millón de hogares.
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El impacto de este fenómeno atmosférico se puede apreciar en la imagen utilizada por el general Álvaro López Miera, jefe del Estado Mayor del Ejército cubano, al describir los destrozos que dejó su paso como “los de una zona bombardeada”.
Por su parte, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, solicitó en una reunión del Consejo de Ministros agilizar la entrega de materiales de construcción a los damnificados. “Vamos a tratar de trabajar en las viviendas (afectadas) para recuperarlas lo más rápido posible”.
De acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles, quedan aún más de 200.000 habaneros sin electricidad por lo que más de 90 brigadas de electricistas trabajan para restablecer el servicio.
El Gobierno de La Habana ha dispuesto también la distribución de agua potable en camiones cisterna para aquellos habitantes que hayan perdido sus casas o que vivan en las zonas donde aún se trabaja por restablecer las tuberías dañadas.
El inesperado tornado golpeó el este de la ciudad durante 16 minutos en la noche del pasado domingo 27 de enero, con ráfagas de viento de hasta 300 kilómetros por hora y un nivel F4 -daños devastadores- en la escala de Fujita (máximo de 6).
Hasta el momento se contabilizan cuatro fallecidos y 195 heridos, una docena de ellos graves.