El “jarabe de la muerte”. Se trata de una mala decisión tomada por la administración de salud de Panamá hace una década atrás que aún los persigue.
Centenares de víctimas han demandado al Estado por una cifra millonaria.
Hace dos lustros la Caja de Seguro Social (CSS) entregó un medicamento con un insumo que se descubrió posteriormente no apto para el consumo humano.
Una poción prescrita para la gripe fue elaborada con una glicerina (dietilenglicol) que provocó envenenamientos que han sido probados.
En el 2003 la Caja del Seguro Social compró cerca de 9 mil kilos de supuesta glicerina con la que elaboró un jarabe para la gripe.
“El Jarabe de la muerte” se distribuyó en el país. Más de 200 mil frascos. En 2006 se empezaron a identificar los primeros casos de envenenamiento.
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El Estado panameño enfrenta demandas por más de 3 mil 360 millones de dólares entabladas por centenares de víctimas de lo que se considera un envenenamiento masivo.
Rigoberto González, procurador de la Administración, explicó que la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ha aceptado a trámite 475 demandas presentadas por víctimas del llamado “jarabe de la muerte”, y que estas suman “más 3 mil 363 millones de dólares”.
El monto de las causas admitidas representa alrededor de la mitad del presupuesto anual del Seguro Social.
La Procuraduría se abocará a “mitigar en lo posible la cuantía que se está exigiendo” si los casos llegan a la fase de pruebas, dijo el funcionario durante una entrevista.
El Estado panameño ha reconocido hasta ahora alrededor de 1 mil 440 víctimas, de las cuales 854 son sobrevivientes, y el resto ha fallecido, de acuerdo con datos de un comité de afectados.
La asociación de afectados ha dicho que en 2018 han muerto 20 panameños más por culpa del jarabe.
El Gobierno de Ciudad de Panamá creó en julio una comisión de alto nivel para garantizar la “atención medico-hospitalaria, social y económica” de los afectados por el dietilenglicol.