El Centro de Estudios y Análisis para América Latina (CASLA) con sede en la República Checa consignó en la Secretaría General de la OEA un informe en el que documentó 106 casos de tortura perpetrados durante este año por el Estado venezolano.
Un dato que de manera reiterada está presente en el informe y del que se habló abiertamente a la prensa, es que los “persuasores del dolor” tendrían acento cubano de acuerdo a testimonio de las víctimas.
El documento fue recibido por Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien conoció que de los 106 casos registrados, once hacen referencia a que sus torturadores tenían acento antillano.
La plataforma para los estudios de América Latina en la República Checa titulo su reporte como “La implementación de un sistema torturador”, debido a que la institución argumenta que todos en el país suramericano saben de estos procedimientos violatorios de los Derechos Humanos.
La abogada Tamara Sujú, directora ejecutiva del Instituto CASLA, entregó a Luis Almagro una copia de sus investigaciones.
Tamara Sujú lleva documentando torturas en Venezuela desde 2004.
Afirmó que por primera vez en 26 años de revolución bolivariana recibió 11 denuncias de venezolanos que dicen haber sido torturados por personas “con acento cubano”.
El dato pasa al terreno de la presunción porque los torturadores se identificaron con “sobrenombres” y “números”, por lo que no pueden probar su origen.
“En nuestro informe se habla de un sistema torturador porque no existe un organismo en Venezuela que no sepa de las torturas que se están haciendo”, subrayó Sujú en una rueda de prensa.
El jefe de la OEA, que se ha mostrado de forma superlativa como un enemigo del régimen madurista, subrayó que en Venezuela hay cubanos dedicados a la inteligencia dentro del Ejército venezolano y dentro de la sociedad civil con el fin de detectar disidencias.
Almagro estimó que hay unos 46 mil cubanos en Venezuela, un número que también recogió en noviembre de 2017 el diario comunista cubano Juventud Rebelde.
Desde 2014, el Instituto CASLA ha detectado 536 presuntos casos de tortura en Venezuela que están siendo examinados por la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI).