El reo Mark Soliz se constituyó en la sexta ejecución ocurrida en Texas en 2019 y la número 15 en todo el país, una sentencia derivada de un juicio donde se le halló culpable por delitos de violencia robo y homicidio.
Las investigaciones policiales y los registros institucionales tenían a Soliz como un hombre altamente peligroso, quien en el declive de su vida protagonizó una violenta espiral de crímenes que incluyó el robo y asesinato de una mujer, acción por la que le condenaron a muerte.
El episodio por el que Mark Soliz fue condenado a muerte ocurrió en el año 2010 en Dallas, un ataque frenético y desproporcionado que involucró un homicidio, situación que trató de ser atenuada por la defensa argumentando que el criminal sufría síndrome alcohólico fetal por su exposición al alcohol durante el embarazo de su madre, sin embargo las justificaciones no tuvieron cabida en el tribunal.
Puedes leer: Líderes demócratas presionan a Trump para que apoye la ley de antecedentes
De acuerdo a los medios locales a Soliz, de 37 años, lo declararon muerto a las 18.32 hora local (23.32 GMT) tras recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville, un recinto de reclusión cercano a Houston, según notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas.
Asimismo la prensa recogió lo que fueron sus últimas palabras que dedicó a los familiares de sus víctimas: “Quisiera disculparme por el dolor que causé. He estado considerando cambiar mi vida. Me tomó 27 años hacerlo. Quiero disculparme, no sé si mi muerte traerá consuelo por el dolor y el sufrimiento que he causado. Estoy en paz”.
En el plano de los antecedentes se puede recrear una sanguinaria narración que tuvo lugar durante ocho días de junio del año 2010, cuando Mark Soliz junto a un cómplice de nombre José Ramos desataron furiosos ataques en un área residencial cercana a Dallas, jornada en la que perpetraron numerosos atracos a mano armada, causaron lesiones a sus víctimas a balazos, robaron vehículos, asaltaron residencias, se enfrentaron en tiroteos y provocaron dos asesinatos.
Los homicidios por los que se lleva a la cámara para la inyección letal a Soliz, se perpetraron contra Rubén Martínez, un repartidor al que su asesino robó y disparó en un estacionamiento, y Nancy Weatherly, una mujer de 61 años, a la que mató de un disparo en la parte posterior de la cabeza tras entrar a robar en su vivienda a punta de pistola.
Las autoridades cortaron ese espiral con la detención de Soliz y Ramos, de los que sospechaba por el robo de un vehículo.
Puedes leer: Demandan al presidente Trump por echar a los inmigrantes enfermos del país
En medio de las averiguaciones e interrogatorio Ramos, el cómplice de Soliz, confesó el asesinato de Weatherly, del que culpó a Soliz.
Mark Soliz fue condenado a muerte durante el juicio celebrado en 2012, mientras que Ramos recibió una pena de cadena perpetua.
Desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena capital en 1976, han sido ejecutadas 1.505 personas en Estados Unidos, 564 de ellas en Texas, más que en ningún otro estado.
Este estado sureño tiene programadas otras nueve ejecuciones antes de que finalice el año, la próxima este 25 de septiembre.