En la película Gigantes de Acero, el robot protagonista es dirigido por un experimentado boxeador y por imitación el robot logra hacer los movimiento de un luchador humano. Los científicos de Google han alcanzado algo parecido pero con un perro.
Existen movimientos de los caninos que son imposible de recrear manualmente, es por esto que usando un conjunto de datos de captura de movimiento de varios sensores conectados a un perro, los investigadores le enseñaron a un robot cuadrúpedo, llamado Laikago, varios movimientos diferentes.
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Utilizaron los datos de movimiento del perro real para construir simulaciones de cada maniobra, incluido un trote de perro y un paso lateral. Usando el aprendizaje por refuerzo, aprendió a estabilizar los movimientos y corregir las diferencias en la distribución y el diseño del peso. Finalmente, los investigadores pudieron portar el algoritmo de control final en un robot físico en el laboratorio, aunque algunos movimientos, como el hombre corriendo, no fueron del todo exitosos.
Todavía quedan muchos detalles que afinar, por ejemplo, el peso del robot limita bastante los movimientos como grandes saltos o carreras rápidas, sumado a esto no siempre se pueden obtener los datos de movimiento de un animal a través de sensores, el proceso puede ser realmente costoso y siempre es necesaria la colaboración de la especie, un perro es amistoso, un jaguar no tanto. Para solucionar este problema los investigadores están realizando pruebas para usar videos de animales, lo que parece ser un modelo más escalable y accesible.